Este miércoles habrá reunión del Consejo Federal de Educación y, una vez más, los gobiernos de la Nación y la Ciudad de Buenos Aires asistirán con posturas enfrentadas respecto del retorno a las clases presenciales. El domingo, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, aseguró que las clases en las escuelas de CABA terminarán el 16 de diciembre y que el próximo ciclo lectivo tendrá inicio el 17 de febrero de forma "cien por ciento presencial”. Sin embargo, el ministro nacional del área, Nicolás Trotta, rechazó la postura de Acuña y criticó a la administración del PRO por “plantear en los medios de comunicación un aspecto del que luego se desdicen en las reuniones del Consejo Federal de Educación". Los sindicatos docentes rápidamente salieron a repudiar los anuncios inconsultos del gobierno porteño. Desde UTE-Ctera, denunciaron que "querer empezar las clases en febrero es propio de alguien que vive rodeado de aires acondicionados, pero que no sabe lo que es una escuela porteña". Desde Ademys anunciaron que, por el anuncio de Acuña, extenderán el paro que venían realizando hasta el sábado próximo.
"Las fechas de inicio --siempre que se cumplan los 30 días hábiles de receso y los 180 días obligatorios de clase-- las definen las jurisdicciones", aseguraron a Página/12 fuentes del gobierno de la Ciudad. Trotta, sin embargo, indicó que la vuelta a las aulas “no es una cuestión de deseo sino de la realidad epidemiológica”. Como respuesta a la ministra Acuña, remarcó que la posición del gobierno nacional es que las clases comiencen en marzo.
En ese marco, el ministro de Educación nacional ratificó que la decisión de la vuelta o no a la presencialidad se tomará este miércoles en la reunión del Consejo Federal donde “se expresan los consensos que se vienen construyendo desde hace muchas semanas”. “Veremos cuál es la posición de la Ciudad el miércoles. No me quiero adelantar porque muchas veces la Ciudad plantea en los medios de comunicación un aspecto y luego, en las reuniones, termina teniendo una postura mucho más conciliadora”, apuntó Trotta. También criticó a quienes “piensan la política educativa como una herramienta de impacto comunicacional cuando para nosotros lo importante es generar diálogo”. Durante una entrevista por AM 750, el ministro dejó claro que “cada jurisdicción tiene su competencia para plantear la agenda que le parezca mejor”, aunque insistió que “muchas veces, lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires tiene un impacto nacional”. Por eso llamó a “ser muy cuidadosos y no generar expectativa".
“Venimos conversando en el marco del Consejo Federal para que todas las decisiones sean dialogadas y con profundo consenso. Es lo que pretendemos que ocurra el miércoles como a lo largo de todo el año, que ha sido por unanimidad”, subrayó el titular de Educación. Luego, indicó que "la idea es que podamos planificar el inicio de las clases en marzo y que durante enero y febrero despleguemos distintas actividades educativas para que los estudiantes que tuvieron problemas para mantener la continuidad pedagógica durante la cuarentena". Lo central, para el ministro, es que "ese calendario nos permita llevarle tranquilidad a las familias de lo que va a ser la organización del año próximo de recuperación de la normalidad y que sea un inicio de ciclo lectivo bastante masivo si la realidad epidemiológica de cada región lo permite” .
El ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, también hizo referencia a las declaraciones de Acuña y resaltó que "el inicio de clases el 17 de febrero en todos los niveles es a lo que estamos apuntando, pero va a estar supeditado a la situación epidemiológica de ese momento". En caso de que se concrete, el titular de la cartera sanitaria añadió que se buscará "la forma de hacerlo de manera segura, cuidando la salud de estudiantes, docentes y trabajadores".
Los docentes no fueron consultados sobre ninguna de estas cuestiones. El secretario general adjunto de UTE, Eduardo López, aseguró a Página/12 que con ellos no se dialogó ni consensuó lo anunciado. Sostuvo que las declaraciones de los funcionarios porteños "son para patear la pelota para el año próximo y esconder el fracaso de las burbujas”. Además, subrayó que Acuña "no tiene respuesta de la comunidad educativa" (sólo participaron en el 5 por ciento de los convocados a las actividades presenciales), y que lo sorprende que la Ciudad que "todavía no tuvo tiempo de cargar los fallecidos por covid del mes de julio esté pensando en lo que sucederá en febrero del año que viene". Para concluir, recordó que "seguimos reclamando las 6500 computadoras".
En la misma línea, el secretario adjunto de Ademys, Jorge Adaro, indicó que “lo que correspondería es que la ministra convoque a las organizaciones sindicales y escuche la opinión de la docencia, y eso no se ha dado”. Además, agregó que “el hecho de que las clases empiecen el 17 de febrero no soluciona ninguno de los problemas profundos que tiene la educación en el marco de la pandemia”. “Esto es puro maquillaje si no se resuelve con decisión política suministrar computadoras y conectividad a los pibes y docentes”, concluyó. Adaro criticó las "burbujas" que fueron planteadas por el Gobierno de la Ciudad para que los alumnos sin conectividad vuelvan a las escuelas al decir que fueron “un fracaso rotundo, ya que nadie está yendo, porque los padres no tienen certeza de las medidas de salud e higiene”.
Informe: Melisa Molina.