La gran sorpresa del día lunes fue el anuncio realizado por Alberto Fernández de que Argentina comprará 25 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik contra el coronavirus. Los primeros diez millones llegarían al país en diciembre y el resto en enero. Esa novedad se ve complementada este martes con un ofrecimiento del Laboratorio Pfizer a la Argentina: la empresa farmacéutica norteamericana puso a disposición del país la entrega de una partida "chica" también en diciembre. Lo de "chica" puede llamar a engaño, ya que implica un millón de dosis.
Para el Gobierno, la novedad significa la posibilidad de poner en hechos lo que reafirmó el ministro Ginés González García al comentar el anuncio realizado por el Presidente: que el compromiso con los fabricantes rusos no implicaba abandonar las negociaciones con el resto de los laboratorios que encabezan la carrera internacional por la vacuna contra el coronavirus.
En todos los casos, por supuesto, la distribución de las vacunas recién puede comenzar una vez que sean aprobadas por las autoridades sanitarias internacionales y nacionales. Pero es fundamental disponer de antemano de las ofertas, ya que la competencia por los lotes que se vayan fabricando será extremadamente dura.
En el caso de la vacuna de Pfizer, que está desarrollando parte de la tercera fase de su investigación en la Argentina, existe una complicación que hace más difícil su manejo. Por las novedosas modalidades de su diseño, exige que durante su distribución se mantenga bajo una cadena de frío de -80 grados, lo que implica el desarrollo de una infraestructura especial. El Gobierno ya tomó nota de ello y analiza utilizarla en la ciudad de Buenos Aires, que dispone de las facilidades necesarias.
La vacuna de Pfizer
La vacuna del laboratorio estadunidense, en sociedad con la farmaceutica alemana BioNTech, es una de las más avanzadas. "Podríamos saber si nuestra vacuna es efectiva o no a finales de octubre", escribió Albert Bourla, el director ejecutivo de Pfizer en una carta abierta difundida en el sitio oficial de la firma. Por este motivo, este es anunció que solicitará la autorización de emergencia para aprobar su vacuna contra el coronavirus en Estados Unidos. Junto a la firma alemana BioNTech, la droga está siendo probada en Brasil, Estados Unidos y Alemania, además de la Argentina. A nivel local, los ensayos en fase III son realizados en el Hospital Militar de CABA y coordinados por el doctor Fernando Polack de la Fundación Infant.
Una nueva tecnología
La vacuna propuesta por Pfizer y BioNTech, emplea tecnología ARN mensajero. ¿Y eso qué implica? “Las vacunas de ARN se inyectan en el organismo y entran en las células donde brindan instrucciones para producir un determinado antígeno, en este caso, una fracción de la proteína S”, explica Gabriel Rabinovich, director del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (Conicet) y docente de la UBA. La proteína “S” –bautizada “Spike”– es la encargada de habilitar el ingreso del virus a las células. En este sentido, “en un paso posterior, las células dendríticas toman la proteína y provocan las respuestas tanto de los linfocitos T como de los anticuerpos que son utilizados, en definitiva, para protegernos del virus que causa la enfermedad”, explica el experto