Diego Maradona será intervenido en las próximas horas por un hematoma subdural crónico, un coágulo de sangre que se ubica entre el tejido de la superficie del cerebro y su parte exterior, denominada "duramadre". La cirugía es sencilla, ya que no se llega al cerebro, pero la evolución depende del estado de salud del paciente, con un postoperatorio de 48 a 72 horas en condiciones normales. La vicepresidenta Cristina Kirchner fue intervenida por el mismo diagnóstico en 2013.
De acuerdo al médico cirujano Patricio Besasso, el hematoma puede formarse por traumatismos de cráneo leves en la parte externa del cerebro, muchas veces en pacientes anticoagulados o antiagregados. Al tratarse de pequeñas venas que sufren una ruptura en la superficie del cerebro, suele producirse semanas antes de que se noten algunos síntomas deterioro del estado de conciencia lento, alteraciones del habla o hasta una convulsión.
La cirugía no sería compleja: se realiza una pequeña craneotomía para poder llegar a la duramadre y evacuar el hematoma con un lavado de solución salina. Tras la intervención, se coloca un drenaje para evitar que la sangre vuelva a formarse y se espera la evolución del paciente entre 48 y 72 horas. En ese tiempo, se espera que el cerebro se expanda y se pegue a la tabla interna.
De acuerdo con la visión de Besasso, al principio el paciente puede sentir dolor de cabeza u obnubilación y hasta movimientos realentizados, incluso puede tener reacciones un poco más lentas y trastornos psiquiátricos. El postoperatorio se realiza en terapia intensiva para seguir al paciente, ya que puede llegar a ingresar un poco de aire luego de la hematoma y eso debe reabsorberse.
Una vez dados de alta, los pacientes no pueden viajar en avión por tres meses, no se puede agachar ni hacer movimientos bruscos, pero, sobre todo, la mayor preocupación se destina a la coagulación tras la operación.