La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) desarrollará una impresora 3D para la construcción de viviendas sociales, junto al Astillero Río Santiago. Se trata de una impresora a base de mortero, una mezcla de características cementicias, que garantiza un fraguado ultra rápido y resistente.
Tras la firma del convenio rubricado el 16 de octubre por el vicepresidente institucional de la UNLP, Marcos Actis; el decano de la Facultad de Ingeniería, Horacio Frene, y el presidente del Astillero Rio Santiago, Ariel Basteiro, ahora los equipos avanzan en el plan de trabajo. El diseño y prototipado de la maquinaria lo realizará el Grupo de Ensayos Mecánicos Aplicados (GEMA) de la UNLP, bajo la dirección del ingeniero Pablo Ringegni, mientras que la fabricación estará a cargo de Astillero.
Frene destacó la importancia de “generar una herramienta para dar respuesta habitacional a un sector de la sociedad relegada” y aseguró que “también será de gran utilidad y aplicable a la industria y a las obras civiles, como apoyo en espacios para oficinas técnicas, baños y otras dependencias”. “Esta tecnología tiene un enorme potencial ya que puede adaptarse y dar respuesta en distintos suelos del país, desde Misiones hasta Santa Cruz”, sostuvo el decano.
En tanto, Basteiro afirmó que el acuerdo posibilita “seguir innovando en tecnología y brindar soluciones habitacionales de forma ágil, en un país que tiene una deuda fuerte en cuestiones de hábitat”.
Según se especificó en el convenio, al que tuvo acceso el Suplemento Universidad, para la realización de la maquinaria se partirá de “un pórtico de aproximadamente 10 metros de luz montado sobre rieles, que se ensamblarán logrando el largo del recorrido necesario para cada necesidad”. Sobre el pórtico se montará un puente que unirá ambas columnas, con un carro que deberá desplazarse hacia ambos lados, y todo el puente deberá ascender y descender. Los movimientos deberán ser comandados por una unidad digital de control programable.
Asimismo, sobre el carro se ubicará el cabezal donde se colocarán las “boquillas o dosificadores de mortero”. Sobre uno de los boggies del pórtico se emplazará una tolva de almacenamiento dotada con una bomba de mortero que enviará la mezcla por medio de un conducto telescópico a un depósito situado en el puente de la impresora, de aquí se alimentará a un motor extrusor dimensionado para este fin.
Además de aportar el “diseño estructural y mecánico”, la casa de estudios brindará asistencia en la definición de mezcla y el pico vertedor de material. En conversación con este Suplemento, Ringegni señaló que el material deberá reunir ciertas características como ser “resistente”, “no muy fluido” y “curar en un tiempo” determinado “para soportar la otra hilera de mortero encima”. En otras palabras: obtener la “consistencia adecuada” en la mezcla será clave para “evitar desmoronamientos y/o aplastamientos del material durante el proceso de fabricación de la casa”.
Al reducir los costos y tiempos en el depósito de material, este tipo de tecnología permitirá fabricar viviendas de manera rápida y económica. En ese sentido, el director del proyecto remarcó que “será muy útil” para hacer frente a la “necesidad de vivienda”.