Mientras prepara una nueva reunión de Los Caballeros de la Quema, prevista para este sábado 7 noviembre a las 22 con un show en vivo por streaming desde el Café Tortoni, su voz líder, Iván Noble, consideró que la vigencia de la popular banda se hace notable al interpretar aquellas canciones cuyas letras "pintaban la aldea de los '90".
"No sé si soy yo el más adecuado para decir cómo la gente resignifica con el paso del tiempo las canciones de Los Caballeros de la Quema, pero en los shows que dimos me dio la sensación de que las que parecían tener más vigencia eran aquellas que tenían que ver con pintar la aldea en los '90, como `Primavera negra´ o `Rajá rata´. Tal vez porque hasta hace poco, la época se parecía bastante a la de los '90", expresa el artista.
En tal sentido, Noble celebró la repercusión generada en torno al grupo en cada reencuentro, en los que notó "un vaso comunicante de padre a hijos o a sobrinos" que provocó que ambas generaciones disfrutaran juntos de las canciones, a pesar de aceptar como un hecho natural que los jóvenes escuchen otro tipo de música.
"Nos sorprendió ver a la vieja guardia con hijos o sobrinos. Me emocionó mucho y lo agradezco, pero entiendo perfectamente que los pibes de veintipico difícilmente estén cerca del rock, no solo de Caballeros. El rock es un género bastante postergado en ese sentido y no me preocupa, ni me ofende. Hay otros géneros musicales que en este momento tienen el pulso de la época", reconoció.
En ese contexto, la banda que en la década del '90 irrumpió con fuerza en la escena a partir de temas como "Patri" y "Carlito", entre otras, tendrá un nuevo encuentro este sábado, tras algunas puntuales reuniones, como la ocurrida en 2017 en el marco del Festival Provincia Emergente o en la edición de febrero pasado del Cosquín Rock.
"Va a ser un show electroacústico, con canciones reversionadas, con algunas que hace muchísimo que no tocamos, porque ni siquiera las hicimos en estos shows de reencuentro que tuvimos; habrá algún homenaje, algún cover, pero básicamente será eso. Estaremos sentados en círculo, remedando un poco lo que eran los 'unplugged' de MTV", anticipó Noble respecto a Mientras haya luces, el concierto que el sábado podrá verse a través de la plataforma Ticketek.
- Ya hubo otras reuniones de la banda pero esta se da en un contexto especial por ser el primer show por streaming. ¿Cómo se posicionan ante este nuevo reencuentro?
-Nos habían hechos dos propuestas. Una era esta y la otra era en un estadio. Nos parecía que un estadio vacío es un fiasco. Termina siendo una pantomima. No teníamos ganas de transpirar delante de nadie. Entonces apostamos por otra cosa, un show más íntimo, más conceptual. Va a ser raro porque no tenemos a la gente de carne y hueso enfrente, que es un combustible muy importante en los shows. Así que nos entusiasmó jugar un poco con las canciones, reversionarlas, incorporar otros instrumentos. Esto tiene más de experimento musical, de riesgo artístico, que en otras oportunidades en donde juega más la tracción a sangre, ensayar las canciones como las conocemos. El entusiasmo aquí tiene más que ver con lo artístico que con lo que podría pasar a nivel agite.
-Ya ofreciste algunos shows por streaming en carácter solista. ¿Cómo resultó esa experiencia y qué se puede tomar de eso para esta ocasión?
-Es una experiencia bastante ambigua. Lo más difícil es concentrarse porque el público siempre te obliga a estar muy encima de la canción. Acá te encontrás con la canción más íntimamente. Uno agradece la devolución que recibe en redes, que se mantuvo muy cerca, pero falta la gente de carne y hueso. Igual, eso es llorar en vano. La obligación de los tiempos hoy en día es tocar de esta manera y esperar que pase la pesadilla.
-Algunos creen que es una experiencia que llegó para quedarse.
-Yo no creo que sea una modalidad que reemplace nada. Cuando el mundo se vuelva a parecer a lo que era, nos acordaremos de los streaming como una anécdota. Tal vez sí pase a ser una prestación aleatoria de algunos shows. Si uno presenta un disco en un lugar grande y alguna gente que vive lejos lo quiere ver, tal vez se pueda sumar de esta manera. También es verdad que para gente contemporánea a nosotros, es más cómodo ver un show tomando un vino en el sillón de su casa que en vivo. Tal vez las rodillas lo agradezcan.
-¿Qué podés decir sobre la repercusión que tuvieron los otros reencuentros del grupo?
-En principio, agradezco que haya gente de nuestra edad que todavía disfrute de Caballeros, porque tranquilamente podrían haberse olvidado. Pasaron muchos años, así que con eso ya me doy por hecho. Si encima viene un pibe de 20, será muy bienvenido, pero no es algo que espere, no es una ambición. Hay otros ritmos en las preferencias de los jóvenes y quejarse de eso es ser un anciano refunfuñando en la vereda. Los veteranos que hacemos música tenemos que entender que seremos cada vez más de nicho y está bien que así sea. No creo que el rock tenga que salir a dar pelea en esos términos contra el trap. Meterse en esa pelea sería como una pelea adolescente, y pelear de manera adolescente a los 50 es algo patético. Cuanto más grande te ponés, menos pensás en términos de masividad. Sobre todo porque es muy probable que lo mejor ya haya pasado.
-¿Qué vislumbran para el futuro de Caballeros de la Quema?
-Nunca tenemos un próximo paso. Puede sonar a eslogan, pero es así. No somos una banda permanente. No nos apura el día al día. A diferencia de hace cinco años, la puerta está absolutamente abierta, pero entraremos solo si nos dan las ganas. Hasta ahora fue así y lo seguirá siendo. El sábado, cuando terminemos, nos daremos un abrazo y cada uno se irá a su casa. Cuando haya otra cosa que nos entusiasme, lo haremos.
* Agencia Télam.