La Ciudad de Buenos Aires entrará en los próximos días en una nueva fase de flexibilización de las medidas de cuidado frente al coronavirus con mayor apertura de actividades económicas, sociales y recreativas. El nuevo esquema incluirá la vuelta a clases de todos los niveles, aunque de manera gradual y con diferentes tipos de actividades.

Según confirmó el Ministerio de Educación porteño, la vuelta a clases comenzará el 9 de noviembre de acuerdo al siguiente cronograma:

Maternales (45 días a 2 años)

Encuentros de estimulación temprana de un niño/niña con un docente y un acompañante. A pedido, tanto para estatal como privada.

Salas de 3 y 4

Actividades deportivas, recreativas, lúdicas y artísticas al aire libre en grupos burbuja de hasta ocho niños/as. Habrá al menos dos encuentros hasta el cierre del ciclo lectivo 2020. La duración de los mismos será de 2 horas.

2do a 6to grado (primario) y 2° a 5° año (secundario)

Actividades deportivas, recreativas, lúdicas y artísticas al aire libre en grupos burbuja de hasta 10 estudiantes. Las actividades se desarrollarán al menos dos veces hasta el cierre del ciclo lectivo 2020 y la duración de la misma será de 2 horas.

Adultos

Actividades de orientación, intercambio y cierre de ciclo de adultos. En grupos burbuja de hasta 10 alumnos. Preferentemente al aire libre. Turnos de 1:30 a 4 horas. Habra un corte de media hora entre turno y turno para limpieza y desinfección. Podrá haber hasta cuatro encuetros por semana.

Educación especial

Actividades de orientación, intercambio y cierre de ciclo para estudiantes de 7° grado que ingresen a secundaria común (escuelas interdisciplinarias y para estudiantes con discapacidad auditiva). En grupos burbuja de hasta 10 estudiantes. Preferentemente al aire libre. Turnos de 1:30 a 4 horas. Habra un corte de media hora entre turno y turno para limpieza y desinfección. Podrá haber hasta cuatro encuetros por semana.

El conflicto alrededor de la vuelta a clases 

El regreso a la presencialidad en las escuelas del AMBA fue una de las cuestiones más discutidas desde que se desató la pandemia. Cuando el presidente Alberto Fernández dictó por primera vez el Aislamiento Social, Preventivo y obligatorio en todo el país, aquel 19 de marzo, no quedaron dudas de que los establecimientos educativos de la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia debían permanecer cerrados. 

A medida de que se iba tomando más conocimiento sobre el efecto del virus y que el gobierno nacional reforzaba el sistema sanitario para evitar colapsos en las zonas más afectadas, desde el gobierno porteño empezaron a alzar la voz sobre la posibilidad de retornar las clases. 

La primera propuesta del Ejecutivo porteño de dar clases al aire libre en grupos reducidos fue cuestionada duramente por el gobierno nacional pero también por los sindicatos docentes, que aseguraron que no estaban dadas las condiciones para retomar la presencialidad sin riesgos de contagio. 

La meseta sostenida de casos de covid-19 que se registraron entre septiembre y octubre, en coincidencia con la llegada de la primavera, modificaron el panorama. El 9 de octubre, el Consejo Federal Educativo definió un semáforo epidemiológico para que vuelvan las actividades escolares seguras en los distritos menos afectados. La Ciudad de Buenos Aires, que tenía por entonces un nivel de riesgo medio, retomó las actividades en los patios de algunas escuelas, aunque solamente los de determinados niveles educativos. 

Otro conflicto se desató a principios de noviembre, cuando la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, aseguró que su cartera apuntaba a iniciar el ciclo lectivo 2021 "en forma anticipada el 17 de febrero" con un modelo "cien por ciento presencial". De esta forma, volvió a desafiar a su par en Nación, Nicolás Trotta, que un día antes había aclarado que para los últimos años del secundario "el ciclo lectivo se podrá extender hasta el 30 de abril".