I

¿Por qué dedicarle tiempo a la lectura de poemas? ¿Todavía hay que justificarlo? ¿Es útil pensar y decir la realidad de otra manera? Preguntas que, espero, cada lector se pueda responder. Yo seguiré con lo mío, leyendo poemas donde encuentro poesía. Donde vida. Vestirte amén. Donde encuentro las llaves-moléculas que abren el brazalete akáshico de la metáfora-símbolo una vez y otra vez.

CONVERSACIÓN

Me dijo

que no era fácil morir

en terapia intensiva,

me dijo que entre sondas

y bajo el centelleo

de los monitores,

más se sentía como una astronauta

en víspera

de iniciar un largo viaje,

que una vieja

en sus últimos días en el mundo.

Pero escuchar llover, me dijo,

escuchar llover o imaginar

la lluvia

detrás del ventanuco de la sala,

eso sí,

la había ayudado.

La parte contiene información del sistema. El sistema contiene información de cada una de sus partes. “Un taxi a Bucarest” es el libro-sistema de Celia Fontán, poeta de Rosario, amiga-maestra-faro, y “Conversación” es la partícula-poema del holograma-poesía que me despierta; la ingeniería espiritual que me conmueve desde el principio hasta el tiempo desnaturalizado y, por lo mismo, verdadero, en el último verso.

II

¿Qué pasa con la poesía? ¿Hay partículas de materia en la anti-materia? Fibrilación grúa. Hiciste mal pero luego hiciste silencio, Miri. Hiciste infarto metafísico. Fru fru de corriente alterna. Lino fresco, la partícula abstracta se saca el vestido fotón y vive. Vive en verso.

Vivir

como tejer una rara colcha

llena de colores y consejos que

escucho

mientras la voy tejiendo

parar un rato

para ver el día

volver

notar que nada cambia

sin el vuelo de mis manos

entender cómo funciona esto

y no poder evitar una lágrima

cuando me aflojo

en el descanso

Vivir, sin dudas

no es eterno

y el tiempo sólo trae

más tiempo para más

colcha de raros colores

Alteración. Bienvenidos los signos ausentes. Bienvenida la única coma que hace pausa. Poema-partícula del sistema-libro “Emilia”. Llevaré la mente obsesionante por otros lugares, posiblemente menos verdaderos y, por lo mismo, menos falaces. Planeta habitable el poema-colcha de Patricia Verón. Tocar el alma, vaciarla por completo y volverla a llenar. Poema-tinaja.

III

Represa. Información perfecta en cada gota de agua. Saber molecular de cada letra. Una letra contiene información de todo el lenguaje. El lenguaje no puede prescindir de la letra. La letra lleva el lenguaje a cuestas. Es suyo, es inmenso. Reserva su verdad el poema. Vector-magma. Encanta al aire, el fuego; el ADN al karma; la palabra-partícula cubierta de pétalos de rosa. Primero estaba equivocada y después me seguí equivocando. Iones-mariposas. Leer y leer.

MIAALMAMIA

Sabrás mi alma mía alma mía que llueve

como antes sobre las paredes.

Algunos eligen azules líquidos

que vuelvan en tazas de porcelana colorida.

Mucha alma acumulando

léxico, anagrama, melodía

papel glasé

malaquita de soberbios que

bautizan 1 mar y a 1 caracol

cuando

vosyyo vamos por la puerta

a romper cualquier caja

las claves de callar (se)

ésa polirritmia

otro pulso vivo

la verdad apretada

en el fondo del laberinto

como una bomba de aire.

 

Tengo un monedero lleno de moléculas. La molécula-Sylvia del sistema-Cirilho en el holograma-libro “Pulpa a la hora de los dátiles”. Transporte interestelar de frutos. Dátiles de Vulcano, fotón–asteroide. Yo encontré los libros que amo, los poetas que amo, los poemas-partículas de mi cosmos-puente-hangar. Contagio.

 

IV

“Encuentren sus moléculas. Si no las encuentran, ni siquiera pueden leer. Leer es eso, es encontrar vuestras propias moléculas. Están en los libros. Vuestras moléculas cerebrales están en los libros. Yo creo que nada es más triste en los jóvenes en principio dotados, que envejecer sin haber encontrado los libros que verdaderamente hubieran amado”. Tormenta de iones-mariposas hacia atrás y hacia adelante. Gilles-ion-mariposa-Deleuze. Hay una imposibilidad. Sé que en todo esto hay una imposibilidad que contiene lo posible.

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