Carlisle con Wiedlin en sus comienzos punk en Los Angeles

Nacidas en la escena del punk californiano más cruda y radical, pero devenidas en una banda de canciones tan pop y tan soleadas que bordeaban el jingle, The Go-Go’s pasaron a la historia del rock con un hecho tan pirotécnico que periodistas, investigadores y fans repiten casi de memoria cada vez que las presentan: se trata de la primera y única banda conformada exclusivamente por mujeres —que componían sus propias canciones y tocaban sus propios instrumentos— que llegó a ocupar el primer lugar en el ranking de Billboard.

Aunque ese ranking hoy parece un lugar francamente desangelado, también es cierto que —tristemente— es un récord que ningún otro grupo femenino ha logrado batir hasta el momento (a pesar de que las Go-Go’s habitaron los, ya lejanos, principios de los años 80). Por supuesto que en los años 60 estuvieron las Supremes, que casi, casi, compitieron con los Beatles en popularidad, y más adelante, el punk respondió con sendas bandas conformadas por mujeres. Pero, quizás, la particularidad de The Go-Go’s es que mezclaron un poco de ambos mundos, llevaron el punk, su brío, su sentimiento, a un consumo de masas, y le dieron a las masas un poco de desorden.

Ahora, justo en medio de la pandemia global, y después de un silencio que para ellas siempre ha sido intermitente, las Go-Go’s han regresado renovadas y sexagenarias, con varias buenas noticias: compusieron una nueva canción por primera vez en veinte años, filmaron un documental sobre su historia con la prestigiosa documentalista Alison Ellwood y ya se puede leer una áspera y libre biografía de rock con una banda de sonido compilada especialmente para acompañarla, a cargo de su histórica bajista londinense, Kathy Valentine. Sin duda, todo esto junto, ha generado un revival imponente que el grupo se ha ocupado de alimentar con paciencia. Reeditaron sus discos y, para presentar “Club Zero”, su nueva y flamante canción, estrenaron una simpática versión en vivo que grabaron vía zoom —todas viven en lugares diferentes de Estados Unidos y del mundo— donde se las ve radiantes y extemporáneas, cantando con el mismo brío que en los años ochentas.

The Go-Go's junto a la directora Alison Ellwood, que es la que usa anteojos.

“La verdad es que aunque fue la misma banda la que me buscó para filmar este documental, y yo estaba emocionada porque me encanta su música, ellas estaban extremadamente desconfiadas y conflictuadas. El único registro de este tipo que había de ellas, había sido un especial televisivo que las había dejado traumatizadas”, cuenta la cineasta Alison Ellwood, que responde el teléfono desde Massachusetts, donde vive en un refugio de caballos, ya que además de los documentales, su pasión es el rescate animal. Ellwood se refiere a Behind The Music, la clásica serie de VH1, que mostró a las Go-Go’s en su peor momento. Los excesos demasiado problemáticos, las rupturas y la mezquindad al interior de la banda, quizás, demasiado cruel, los desmadres muy públicos en programas importantes como Saturday Night Live ocuparon la primera plana de la historia. “Sentimos que esa representación de nosotras era obscena”, dijo la guitarrista Jane Wiedlin. Si bien, las bandas masculinas, o las bandas en general, a menudo pasan por estos episodios, reclaman las Go-Gos’s que a ellas las trataron como si la decadencia y la desidia les perteneciera solo a ellas, y no al rock, a la fama, o a la misma humanidad.

“Yo no sabía, por ejemplo, sobre el pasado punk de las Go-Go’s, en esa escena increíble dominada por el sentimiento del hacelo vos mismo. Descubrir sus raíces y verlas crecer a través de la historia fue muy emocionante. En general, la historia las recoge cuando ya son famosas, y se empecina en sus conflictos, pero ellas literalmente aprendieron a tocar sus instrumentos mientras ascendían”, se entusiasma Ellwood, que es también responsable de documentales de música como Laurel Canyon —la historia del barrio de Los Angeles refugio de músicos como Jim Morrison y Joni Mitchell—, La Historia de Eagles y Magic Trip, un documental que recupera las cintas del viaje de Ken Kesey y los Alegres Bromistas por su norteamérica lisérgica.

Afiche promocional del documental de Ellwood 

TODO LO QUE SIEMPRE QUISE

Las Go-Go’s sabían que querían contar su historia en otros términos, y el documental de Ellwood —si bien no se priva de mostrarlas como también son: pioneras y excesivas— se esmera en contar esa historia desconocida y sorprendente que empieza en el punk. The Go-Go’s nunca se enorgullecieron mucho de sus orígenes en esa escena y siempre parecieron haber nacido listas y dispuestas: como una banda de pop fresco y perfecto directo al escenario. Sin embargo, su nacimiento, al fin de los años setentas, siendo apenas adolescentes, fue en uno de los ecosistemas más extraños y más libres del punk, el californiano, en donde el género devino en tantas variedades como el hardcore de Black Flag, el rockabilly gótico de los X, o el pop soleado de estas chicas. Las Go-Go’s se subieron por primera vez al escenario de The Masque, el bar icónico de esa escena, y tocaron desastrosamente tres canciones que en el fondo eran la misma canción. Igual que muchas bandas de esa comunidad, ninguna de ellas sabía tocar instrumentos, pero su público no se demoró mucho en multiplicarse y aprendieron todo en el camino.

Ahora, como en cualquier negocio que empieza a funcionar, en el camino al éxito las Go-Go’s también tuvieron sus bajas y sus modificaciones. Perdieron integrantes en el camino, especialmente las que creían en el punk más áspero, cuyo sonido las chicas se sacudieron rápido. Cuando empezaron a ascender, también empezaron para ellas los coros flotantes, las voces limpias, los estribillos pegadizos, los instrumentos bien tocados y las letras románticas. Pero, quizás por sus raíces en el punk, quizás por su juventud y su ímpetu, The Go-Go’s nunca sonaron estandarizadas. Esas canciones vibrantes no habían sido creadas premeditadamente por un productor y un grupo de abogados para convertirlas en productos. Así nacieron “We Got The Beat”, el hit definitivo, del que han abusado por décadas las publicidades de multitiendas, el más personal pero igual de exitoso “Our Lips Are Sealed”, que la guitarrista Jane Wiedlin le regaló a Terry Hall de The Specials, su amor posible e imposible, y Head Over Heels”, el hito de Kathy Valentine, que llegó desde Londres cuando la banda ya estaba formada, y se quedó hasta su final.

Valentine se crió en la escena punk londinense y su madre, con quien compartió adicciones desde temprano, simplemente la dejó ser. Siempre quiso tener bandas, y siempre las tuvo, pero su sueño de una banda de chicas solo pudo concretarse después de mudarse de Inglaterra a Texas, y de Texas a Los Angeles, donde conoció a las chicas en un concierto en The Masque. Ahora, la reunión de su banda la encuentra viviendo con su hija de 18 años y por graduarse por primera vez en la universidad. “Voy a obtener mi primer grado ahora, en literatura inglesa, supongo que todos estos años estuve ocupada haciendo otras cosas”, se ríe Valentine, música punk devenida en escritora, que contesta el teléfono feliz. Su salvaje libro All I Ever Wanted: A Rock ‘n’ Roll Memoir, donde cuenta la historia de las Go-Go’s, pero también de su infancia marcada por las drogas, y de una intensa escena punk tanto en Estados Unidos como en Inglaterra, ha tenido una acogida que potencia el revival de la banda y, al parecer, de varias bandas de los albores del punk. “Estoy orgullosa del recibimiento que ha tenido el libro. Yo no quería hacer solo una biografía de rock y que la gente dijera, ah bueno, otra historia sobre sexo y drogas, quería que dijeran, bueno, Kathy Valentine sabe escribir”. Efectivamente, el libro además de su intensidad, está bellamente escrito, y otra novedad es que viene con su propia banda sonora, especialmente compuesta por Valentine para crear un objeto integral. “También estoy contenta con el resultado del documental, creo que fue sanador para nosotras, pero sobretodo estoy contenta porque nos veo ahí y pienso: vaya, tenemos más sesenta años ¡y estamos radiantes!”, se entusiasma ella. Cuando las Go-Go’s se separaron, por primera vez, hacia el final de los 80’, y la cantante Belinda Carlisle se llevó a un par de las chicas para empezar su exitosa carrera solista, Valentine quedó colgada, se deprimió, se refugió nuevamente en las drogas, y no quiso componer más. Este es, entonces, el trabajo de su vida, y, felizmente, quizás sea uno de los libros de rock más peculiares e interesantes del último tiempo.

Portada del libro, aún sin traducción en castellano

EL SALÓN DE LA FAMA 

“En ese momento había muchas bandas, salidas de la misma escena que The Go-Go’s, que habían empezado a firmar o a conectarse, y sin embargo, a ellas les decían: bueno, ¡buena suerte con su banda de chicas! Eso está en la película. Y sin embargo, algo interesante es que ellas no se identificaban necesariamente con el feminismo, a pesar de que habían construido toda una comunidad femenina a su alrededor. Supongo que en el punk, de donde venían, todos fueron extrañamente iguales por un momento”, cuenta Ellwood. En el documental hay un poco de todo eso: la comunidad que armaron, donde las roadies, la manager, las sonidistas, y todo el entramado estaba conformado por mujeres, la frase de la cantante Belinda Carlisle, “sería injusto decir que militamos el feminismo, solo pensábamos que nada era imposible”, las alegres fotos polaroid de las chicas tomando cocaína, la primera gira con Madness, e incluso el feliz extracto de cuando vencieron a The Police en el ranking Billboard y el mismo Sting fue a felicitarlas al camarín.

La banda se reunió para verlo en cine, todas juntas, tomadas de las manos, entre el público del último festival de Sundance, justo antes de la pandemia. Y aunque viven en ciudades muy apartadas entre sí, la pequeña reunión que, esta vez, parece definitiva (desde los 80 han estado divorciándose y enamorándose de nuevo), sirvió como confirmación de que ahora, acaso más maduras, por fin han decidido volver a componer juntas.

“Yo creo que lo más fácil sería seguir repitiendo todo eso, que The Go-Go’s fue la primera banda compuesta sólo por chicas, en ocupar el puesto uno de Billboard, y que ninguna otra banda lo ha hechos desde entonces, aunque ojalá alguna lo haga, y ojalá este documental ayude a que por fin The Go-Go’s entren en el Salón de la Fama del Rock. Pero creo que lo importante es que esta es también una historia épica, sobre estos talentosos individuos que se juntaron para crear algo más grande que ellas y lo lograron. Creo que es un mensaje poderoso para cualquier músico que empieza, pero especialmente para las niñas. Era un camino difícil y también pagaron el precio, pero lo hicieron todo en sus términos”, se emociona Ellwood.