Un peritaje ratifica la hipótesis de femicidio, seguido de suicidio, en el caso que tuvo como victimario al empresario Jorge Neuss y como víctima a su esposa, Silvia Saravia. El estudio, realizado en el laboratorio de la División Microscopia Electrónica de la Policía Científica bonaerense, en La Plata, halló rastros de pólvora en las dos manos del autor y en la mano izquierda de su esposa, lo que indica que ella sólo intentó defenderse del ataque y que no hubo “pacto suicida” como se intentó hacer creer al principio a través de voceros de la familia.

Fuentes judiciales señalaron que todo indica que en el hecho, ocurrido el 10 de octubre en el country Martindale de Pilar, el hombre fue quien disparó durante toda la secuencia, mientras que la mujer se defendió e intentó cubrirse ante la inminencia del tiro fatal. El examen, que ratifica la hipótesis, había sido solicitado por María José Basiglio, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Pilar, a cargo de la causa.

El peritaje fue realizado mediante la utilización de un Microscopio Electrónico de Barrido (MEB), sobre las muestras que fueron tomadas por los peritos en las manos del victimario y su víctima. Lo que hallaron tras el peritaje fueron restos de “bario, plomo y antimonio, los tres elementos químicos que se dispersan una vez que se produce la deflagración de un disparo”. Los expertos explicaron que la deflagración “es producto de un proceso de oxidación que se transforma en una llama”, una vez que se acciona un arma, y deja sus huellas sobre las manos de quien la manipula o, en este caso, de quien intenta defenderse.

"El resultado confirma que Neuss fue el autor de los disparos con su revólver calibre .357 Magnum, y la presencia de la pólvora en la mano de su mujer la interpretamos como la confirmación de que luchó, trató de defenderse y quiso cubrirse o apartar el arma de su cabeza antes de ser ejecutada", dijo una fuente consultada por la agencia de noticias Télam.

Desde el principio se descontaba que las huellas de los disparos iban a aparecer en las manos de víctima y victimario, dado las características que tiene un arma del tipo Magnum. A esto se suma el hecho de que el femicidio seguido de suicidio se dio en el interior de un baño de medianas dimensiones y que estaba cerrado.

El peritaje refuerza las conclusiones de las autopsias, donde se determinó que Saravia fue asesinada, luego de haber intentado defenderse, de un único disparo con el que Neuss la ejecutó. Lo hizo apoyando el arma sobre la cabeza de la vìctima, a la que había tomado por el cabello para minar su posibilidad de resistencia.

Los médicos detectaron que el disparo homicida ingresó por la región posterior lateral derecha del cráneo, salió por detrás de la oreja izquierda, volvió a ingresar al cuerpo por el hombro izquierdo y el proyectil quedó alojado en el brazo, de donde fue extraído con una gran deformación.

Respecto de Neuss, los peritos confirmaron que se pegó el tiro en el vestidor-antesala del baño en suite, mirando hacia su mujer ya asesinada. El disparo suicida ingresó por la sien derecha, su trayectoria fue de derecha a izquierda y con una inclinación de abajo hacia arriba; salió por el lado opuesto del cráneo y se incrustó en el lateral izquierdo del techo a dos aguas de madera de ese sector de la habitación.

Tan bestial fue la agresión que en la autopsia se determinó también que Neuss se autolesionó con el mismo disparo que hizo contra su esposa. La herida fue en su mano izquierda (en el pulgar), con la que retenía a su víctima, motivo por el cual también hallaron allí restos de pólvora, igual que en la mano derecha, con la que accionó el arma. 

El hecho ocurrió el 10 de octubre en el country Martindale de Pilar, cuando Saravia, luego de pasar la noche en la casa de su hija, dentro del mismo barrio cerrado, regresó a su casa cerca del mediodía y le dijo a las empleadas "subo a buscar unas cosas".

La mujer subió al primer piso, rumbo a su habitación, mientras las dos empleadas estaban en la planta baja, desde donde oyeron los dos disparos. Como la puerta del cuarto estaba trabada, llamaron a los hijos del matrimonio. Cuando llegaron, la mujer había fallecido y el hombre estaba agonizando. A su lado encontraron el arma homicida.

Uno de los hijos varones habló de un supuesto “pacto suicida”, pero la hija, Lucila Neuss, fue la que reveló ante la justicia que su madre había pasado la noche en su casa, luego de una fuerte discusión con su padre, que derivó luego en el femicidio. 

De los testimonios familiares, una vez que fueron ampliados, modificando la versión inicial, se desprende que Silvia Saravia había regresado a su casa, el día del crimen, para retirar algunos efectos personales porque tenía la intención de abandonar el domicilio conyugal. La fiscal de la causa llegó a la conclusión de que el motivo del femicidio y el posterior suicidio fue que la mujer había tomado la firme decisión de separarse de su marido.