Ayer al mediodía los religiosos franciscanos de la Parroquia Nuestra Señora de Luján de la localidad rionegrina de El Bolsón dejaron pasar a dos mujeres que pedían ir al baño. Mientras las mujeres ingresaban, irrumpieron otras diez personas más que dijeron ser mapuches tras lo que comenzaron a generar destrozos y agredieron a uno de los frailes. En el interior de la iglesia se alzaban los cantos desenfrenados de la docena de personas que, a puertas cerradas, accedieron a dialogar.
Según comunicaron desde atrás de la barricada formada con bancos, el objetivo central del grupo era exigir a los párrocos que se comunicaran con sus pares para evitar el desalojo de la comunidad Lafken Winkul Mapu de un lote ocupado por el Obispado de San Isidro en Villa Mascardi --ubicado a casi 90 kilómetros de distancia--.
La parroquia es uno de los edificios emblemáticos de la localidad y representa un gran valor social para esta comunidad patagónica de frontera. Entre sus paredes se suceden bautismos, coros, celebraciones, velatorios y todo tipo de actividades solidarias. Quienes conforman su comunidad trabajan históricamente con pobladores que habitan los numerosos parajes aledaños de difícil acceso. Los destrozos son, por donde se los mire, injustificables.
Las figuras religiosas emplazadas en las paredes fueron marcadas con aerosol, e incluso se exhibió una bandera argentina manchada de rojo por el vitral principal en una clara provocación a los vecinos que se encontraban observando el patético escenario desde afuera.
Poco antes de las 14, los ocupantes abandonaron el edificio religioso a pie por la puerta delantera y ante el repudio de los presentes. Según trascendió hay actualmente cinco personas demoradas aunque aún se investiga qué grado de participación podrían haber tenido en la ocupación de del edificio.
El intendente de la localidad, Bruno Pogliano (Juntos Somos Río Negro), se encontraba reunido con la gobernadora rionegrina, Arabela Carreras, cuando se produjo la agresión: participaba del acto de presentación de un programa para promover el turismo. Rápidamente debió regresar desde Bariloche y expresó su pedido a los presentes de deponer “la actitud violenta, porque han sobrepasado cualquier límite lógico y permisible".
Quien haya visitado El Bolsón sabe que la localidad presenta paisajes montañosos, ríos, senderos y una tradicional feria artesanal. Lo que menos personas saben es de la gran capacidad que tienen los gobernantes de la zona para acallar la conflictividad social que asciende día a día en la otrora tranquila región turística. No es la primera vez que se dan este tipo de manifestaciones de violencia aunque esta es la que más lejos llegó.