El problema del suministro de agua potable en los meses de sequía y de calor no es una novedad, pero este año estalló en simultáneo en gran parte del territorio provincial. A los reclamos en el departamento Rivadavia, con La Unión, Morillo y decenas de parajes de comunidades, se suman los reclamos de los habitantes de la localidad de San Luis, en el departamento capital y los de Salvador Mazza en el extremo norte.
En tanto ayer, quienes salieron enardecidos a cortar la Ruta Nacional 34 fueron los vecinos de la ciudad de General Güemes, cansados de los cortes permanentes y de un suministro que no alcanza en medio de las altas temperaturas que están soportando en esta época. Pero a la falta de agua le adosan los altos montos que pagan por un servicio que no reciben, ya que por un consumo medio terminan abonando el doble que lo que les llega de servicio eléctrico.
“Pagamos el agua más cara del país”, dijo a Salta/12 Mario Suárez, un vecino de Barrio Docente de aquella localidad, y mostraba su boleta que confirmaba sus dichos. Mientras paga 643,37 de luz, son $1.278,54 lo que abona por el deficiente servicio que presta Aguas del Norte.
Antes de cortar la ruta, los integrantes de la Asamblea de Vecinos Unidos de Güemes habían pasado por las oficinas de la firma estatal a cargo de ese servicio esencial, aunque no recibieron ninguna respuesta satisfactoria “no nos dicen nada, porque son empleados”, explicó Suárez, que añadió que por ello ya habían enviado una nota al presidente del directorio, Luis María García Salado “exigiendo a que se comprometa a una reunión con nosotros”.
También indicó que durante las pocas horas al día que les llega agua, lo hace con tan poca presión que no alcanza a subir a los tanques, y que ese problema se repite todos los años, aunque esta vez se adelantó y lo están padeciendo desde los primeros días de octubre.
Para el integrante de la asamblea, la solución “no es hacer pozos como los que se hacen, que no tienen una duración de más de dos años y colapsan”, sino que deben avanzar en realizar perforaciones como las de EMAISA, ex ingenio San Isidro, “que provee 240 mil litros por hora”.
Suarez añadió que el Estado debería expropiar ese pozo de EMAISA, que se encuentra en medio de los barrios más afectados, y sin embargo "no deja una gota de agua al lugar, todo va a parar al riego". A su vez detalló que se necesitarían tres más como ese en lugares estratégicos de la ciudad.
“Pero que no nos hagan los pozos que nos hacen siempre, que tiran 100 a 120 mil litros y en dos años colapsan”, reiteró, y aseguró que ese es un negocio para volver a llamar a licitación.
Los barrios afectados son 28 de la banda este de General Güemes, que se ven perjudicados desde hace ya más de un mes porque los pozos de la empresa provincial bajaron su producción “debido a la sequía y a que la gente consume más por el calor”, contestaron desde Aguas del Norte.
A su vez agregaron que por ese motivo se realizan cortes por sector “para que los pozos recuperen algo de nivel”, e informaron que están por licitar dos pozos de agua para la zona, uno en Barrio Santa Rita y el segundo para sustituir el de Primero de Mayo, “que bajó sus niveles de producción”.
Continúa el corte en Salvador Mazza
Mientras tanto, los vecinos de Salvador Mazza decidieron continuar cortando la Ruta Nacional 34, al norte de la provincia, en la frontera con Bolivia, hartos ya de los problemas de abastecimiento que llevan más de tres meses.
La protesta se inició el miércoles último en la mañana y hasta anoche seguían con el corte a la espera de algún alto funcionario provincial y de Aguas del Norte “que nos dé una respuesta creíble”, explicó Beatriz Toledo, una de las vecinas afectadas.
“Acá solo hay agua cuando llueve”, añadió Toledo, quien cargó contra el intendente Rubén Méndez por no darles una respuesta y negarse a mantener un encuentro en el lugar con todos los allí presentes. “Parece que ya volvió de Salta, pero quiere reunirse solo con cuatro referentes barriales, y nosotros no vamos a ir, que venga él acá y hable con todos”, expresó.
El secretario de Gobierno, Daniel Campos, confirmó que Méndez se encontraba en la ciudad de Salta gestionando obras, y que en un principio se había ofrecido él para dialogar, pero le contestaron que solo hablarían con el intendente.
Por último, Beatriz Toledo contó que desde la comisaría los están intimidando para que depongan la medida y reciben amenazas de que “nos van a abrir causas a todos”. Pero resaltó que no se van a mover hasta no conseguir una respuesta favorable “con esta pandemia no podemos estar así sin agua, los niños y los ancianos sufren mucho”, concluyó indignada.