Corría marzo de 2019 y la necesidad de construir un gran frente nacional y popular para ponerle fin a la restauración neoliberal de los últimos cuatro años nos reclamaba generosidad, diálogo y la renuncia individual en pos de un proyecto colectivo. En mi carácter de presidente del PJ de la PBA, recibí en la sede de la calle Matheu a Pino Solanas y Mario Cafiero, dos militantes incansables de la justicia social.
Nos convocaban la patria, las mayorías angustiadas por un Estado que los desoía y los invisibilizados, aquellos que recibieron voz en la obra fílmica de Pino desde la epopeya artística y política de La hora de los hornos.
“Pedimos la conformación de un frente patriótico, amplio y generoso”, enarbolaba Pino en sus declaraciones. Sin embargo, jamás se supo que su participación en el frente era un acto despojado de todo provecho individual. Lo dirigía una ética nacional y popular, un compromiso con la “liberación”, la praxis de hacer “oír lo no escuchado”, aquello que conmovió al general Perón en pleno exilio.
Quizá, el renacer de la causa democrática en América sintetice hoy sus luchas.
* Fernando Gray es vicepresidente del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires.