Desde Washington, DC.
El gobierno de los Estados Unidos cambiará de manos a partir del próximo enero y el demócrata Joseph Biden será el próximo presidente de país. Así lo anunciaron los medios de comunicación estadounidenses durante la mañana de este sábado, después de cuatro días de conteo. El escrutinio definitivo todavía no está certificado por los distintos estados, pero por las proyecciones, el Partido Demócrata superará los 270 votos que necesita en el colegio electoral. Donald Trump no reconoce el triunfo de su rival y continúa cuestionando la legalidad de los resultados. Es el primer presidente que busca su reelección y no lo consigue en más de un cuarto de siglo.
“Estados Unidos, me honra que me hayan elegido para liderar nuestro gran país. El trabajo que tenemos por delante será duro, pero les prometo esto: seré un presidente para todos los estadounidenses, hayan votado por mí o no. Voy a mantener la fe que depositaron en mí”, fue la primera reacción de Biden a través de las redes sociales. Sabe que no será fácil gobernar a un país polarizado. Los resultados parciales le daban más de 74 millones de votos a nivel nacional, pero Trump tenía ya más de 70 millones, un récord histórico para un candidato republicano.
Con eso en mente, el mensaje de Biden y de la vicepresidenta electa Kamala Harris insiste en la unidad.
Por la noche Biden se presentó por primera vez como presidente electo, acompañado por Harris, en un escenario montado al aire libre frente al salón de convenciones Chase Center de la Wilmington, capital de Delaware, estado por el que fue elegido senador en 1972 y reelecto siete veces. Esta es la tercera vez que se postula como candidato presidencial. "Entiendo que los republicanos estén enojados porque perdieron; a mí tambien me ha tocado perder. Solo les pido que nos demos una oportunidad de unirnos", propuso ante los aplausos y gritos de la multitud.
“Presidente electo”, ya incluyó Biden en su perfil de Twitter luego de que se conocieran las proyecciones de los medios. En la tradición de Estados Unidos, donde no hay un escrutinio a nivel nacional, son las cadenas y las agencias de noticias las que analizan las trayectorias de los cómputos para anticipar cómo quedará compuesto el colegio electoral. Este votará recién en diciembre, pero en condiciones normales, los estadounidenses ya pueden saber la tendencia un mes antes la misma noche de las elecciones.
Este año eso se demoró. En 2020, el año de la pandemia, millones de estadounidenses votaron por correo para no exponerse a ir personalmente a un centro de votación. Esta modalidad hizo retrasar el conteo varios días en varios estados clave. En algunos todavía falta terminar de procesarlos. Este sábado, después de un suspenso que duró más de 72 horas, los medios dieron como ganador a Biden en Pensilvania, el estado que finalmente lo hizo superar los 270 votos del colegio electoral. Todavía falta por conocerse el resultado en Carolina del Norte y Alaska, que serán probablemente favorables para Trump, pero no le alcanzará para llegar a la mayoría.
En la misma tradición estadounidense de definir al ganador de una elección incluso antes de conocerse los resultados del colegio electoral, la costumbre solía ser la de que el perdedor reconociera la derrota una vez que la elección fuera adjudicada a un candidato. Después de eso, el ganador normalmente comienza a celebrar. Por lo menos, es lo que se estilaba. Nada de eso pasará este año. Trump no reconoció el triunfo de Biden. “La elección todavía no terminó”, sostienen desde su equipo, que continuará peleando en la Justicia para conseguir un resultado que le permita acceder a un segundo mandato. El camino, sin embargo, parece muy difícil.
La jornada también significó el triunfo histórico de la senadora Harris, compañera de fórmula de Biden. Será la primera vicepresidenta del país, la primera mujer en alcanzar este nivel tan alto dentro del poder ejecutivo en la historia de Estados Unidos. Un video publicado a través de Twitter la muestra hablando por teléfono con el candidato demócrata. “Vas a ser el próximo presidente -le dice ella desde California, el estado que representa en el Senado.- Lo logramos”.
Tras conocerse el triunfo, las calles de las principales ciudades demócratas se llenaron de gente que salió a festejar. En Nueva York, miles de personas se reunieron en la zona de Times Square, el área que en la noche de la elección de 2016 quedó desierta y en silencio ante la inesperada noticia de que Trump sería presidente. En Washington, también miles, en especial jóvenes, se acercaron durante todo el día hasta la plaza Black Lives Matter, frente a la Casa Blanca. En ese punto, hace tan solo cinco meses, quienes protestaban contra la brutalidad policial fueron duramente reprimidos para permitir que Trump pudiera cruzar y sacarse una foto de campaña con una biblia. El Distrito de Columbia, en el que Biden sacó el 92 por ciento de los votos, no lo perdonó. Durante la noche del sábado todavía había gente festejando con bailes, gritos y carteles contra el presidente. También celebró Filadelfia, en Pensilvania, la ciudad que le terminó de dar el triunfo a Biden con sus últimas actualizaciones de votos.
Distinto fue el caso en lugares como Miami. A pesar de ser un histórico bastión demócrata, en la ciudad del sur de Florida, Trump cosechó este año miles de votos más que en la anterior elección. Allí, su mensaje de advertencia de que con Biden llegaría el socialismo prendió entre las comunidades latinas, especialmente en la cubano-estadounidense. Este sábado, al ver que el candidato demócrata era el ganador, los partidarios de Trump salieron a protestar y a reclamar que se investigue el supuesto fraude con el que insiste el presidente.
“No permitieron que ingresen los observadores a las salas de conteo. Yo gané la elección, obtuve 71 millones de votos legales. Pasaron cosas malas que nuestros observadores no pudieron ver. Nunca había pasado antes. Millones de boletas fueron enviadas por correo a gente que no las había pedido”, tuiteó el presidente desde la Casa Blanca durante la tarde. Acababa de regresar de jugar al golf en su club de Virginia, al que se fue por la mañana, antes de que las cadenas de televisión anunciaran su derrota. Mientras volvía, pudo ver la multitud que festejaba en el centro de Washington.
En su primera actividad como presidente electo, se espera que Biden anuncie este lunes un grupo de trabajo para combatir y contener la pandemia de coronavirus en el país. Este sábado, Estados Unidos había superado los 130.000 casos diarios y acumulaba ya casi 10 millones de contagios.