Si José Sand jugase en Boca o River hubiese sido la noticia destacada de los últimos días. Los dos goles que hizo para que Lanús le gane al San Pablo 3 a 2 en la ida por la Sudamericana y el del inicio del torneo argentino en la caída ante Boca (1-2) muestran lo demoledor que es en el área. Casi convierte en la revancha de la Sudamericana, en Brasil, donde pese a la derrota por 4 a 3 su equipo clasificó de manera heroica. En ese equipo que alegra a los hinchas, Sand es fundamental. Tiene la virtud que no le debe faltar a los goleadores de raza: estar parados en el lugar correcto y en el momento correcto. A los 40 años, el correntino ratifica su vigencia.
Nacido en Bella Vista, Corrientes, el 17 de julio de 1980, es de los más veteranos del fútbol argentino. Debutó en Primera jugando para Colón de Santa Fe en 1999, por lo que pertenece a una generación de jugadores argentinos marcada por los Riquelme y antecesora de los Messi. Tiene un físico privilegiado y su condición de ídolo de Lanús lo coloca como titular indiscutido. Con 40 años, 3 meses y 14 días, el gol (con la mano) que le hizo a Boca lo convirtió en el más veterano del fútbol argentino en marcar en un torneo local. Detrás quedó Ángel Labruna, quien tenía esa marca desde un partido de 1958 en el que le anotó a Rosario Central con 40 años, un mes y 14 días.
Sand tuvo tres etapas en Lanús. La primera empezó en 2007, tras su paso por River y Colón. Fue goleador del Apertura que ganó el equipo dirigido por Ramón Cabrero. Quince goles suyos ayudaron a que Lanús fuese campeón de Primera División por primera vez. Además, la participación en la Copa Libertadores. Sand siguió haciendo goles y dos años después se fue a jugar a Emiratos Árabes, España y México. No le fue bien en Racing, a donde llegó en 2012 como el jugador mejor pago del plantel. De entrada se puso al hincha en el bolsillo con dos goles a Independiente pero su estrella se apagó. Le siguieron Tigre, Boca Unidos y Aldosivi. Alguna vez dijo que en esos años se consideraba un jugador retirado.
Su segunda etapa granate se inició en 2015. Hizo goles y hasta fue parte del inolvidable Lanús campeón que le ganó la final del 2016 a San Lorenzo. Ese mismo año Lanús ganó la Copa Bicentenario ante Racing y al siguiente la Supercopa Argentina frente a River.
La tercera, tras pasar por el Deportivo Cali, comenzó en 2018 y tiene fecha de vencimiento. En 205 partidos con Lanús hizo 130 goles y es el máximo goleador del club. Una marca impresionante si además se tiene en cuenta que anotó 272 goles en toda su carrera.
En julio firmó contrato por un año más. Su condición de ídolo no lo aleja de las diferencias con los dirigentes. Hubo choques y el último fue por la duración del nuevo acuerdo. La dirigencia encabezada por el presidente Nicolás Russo quería acordar por seis meses y el jugador por un año. Ganó, pero avisó que en 2021 se retira. Lo cansa, dice, tener que sentarse a negociar su futuro cada seis meses.
En Lanús logró lo mejor de su carrera. Sand tiene ese destino raro que se les cruza a determinados jugadores que no pueden afianzarse en los poderosos. Su prometedor pasado goleador en las inferiores de River no lo pudo ratificar cuando llegó a la Primera ni tampoco en Racing. Como contrapartida, se metió en el corazón del hincha de Lanús. Allí parece haber encontrado su lugar en el mundo.
Hoy no sorprende que Lanús avance en la Sudamericana. Es uno de los equipos que mejor juega en el campeonato argentino. Como institución consiguió un sólido sentido de pertenencia barrial, donde Independiente y Racing -los grandes del sur bonaerense- tenían incidencia y el Granate era el segundo equipo, el del barrio. Ahora los pibes eligen “ser de Lanús” y compran camisetas con el nombre de Sand.
Desde 1992, cuando Lanús regresó a Primera tras vivir un largo período de pesares, inició un gran trabajo en divisiones inferiores. No invirtió fortunas en jugadores estrellas sino en formar a los propios. Leandro Gioda, Agustín Pelletieri, Rodrigo Archubi, Cristian Fabbiani, Diego Valeri, Lautaro Acosta, Eduardo Salvio y Pedro de la Vega, entre otros. Lo mismo pasó con los entrenadores. Ramón Cabrero y Luis Zubeldía son el ejemplo.
Tras su gran noche en Brasil, Lanús deberá viajar a Córdoba este lunes para enfrentar a Talleres por la segunda fecha del torneo. La derrota del debut ante Boca lo obliga a ganar para no perder terreno en el Grupo 4, que completa Newell’s. Tiene con qué. Y tiene a Sand.