Las palabras son y serán insuficientes para expresar lo que significa la muerte de Víctor Melchor Basterra. Este obrero gráfico y fotógrafo fue secuestrado junto a su esposa y su hijo por un grupo de tareas durante los años de la dictadura cívico militar vigente en la Región Argentina desde el 24 de marzo de 1976.

Víctor Basterra y su familia fueron "trasladados" al centro clandestino de detención que funcionó en la tenebrosa Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Fue torturado y obligado a realizar documentos falsos para los represores.

Los verdugos no pudieron doblegar su voluntad insumisa y Basterra fue sacando fotografías y documentación que denunciaban los horrores perpetrados contra militantes políticos y sociales detenidos, y en la mayoría de los casos desaparecidos.

El testimonio de Víctor Basterra fue uno de los más impactantes durante el juicio a las juntas militares.

El coraje es algo que los chacales artillados nunca tendrán, en cambio sí lo tuvieron y lo tienen muchas y muchos luchadores sociales.

La memoria del horror persiste en la sociedad, es imborrable, las marcas de ayer son aún heridas abiertas.

Se apagó la vida de un hombre digno, su vida no fue en vano.

 

 

Carlos A. Solero

Miembro de la APDH Rosario