Impulsadas por "el deseo de transitar el derecho con una perspectiva translesbofeminista", unas 60 abogadas y estudiantes de la carrera formaron una  colectiva para llevar una mirada de género y diversidad sexual a la Justicia. "El progresismo que vemos en muchos ámbitos de la ciudad y de la provincia no aparece en el derecho, o por lo menos no a la misma velocidad", expresó Daiana Araya, presidenta de la colectiva que ya inició varias acciones: desde organizar una colecta de libros para la Unidad 5, donde funciona el penal de mujeres; pasando por un consultorio gratuito en barrios populares; hasta proponerse el armado de un observatorio provincial de travesticidios. 

La Colectiva de Abogadas Translesbofeministas (como se encuentra en redes sociales) se conformó para trabajar con la transversalidad de los derechos de género y diversidades sexuales en los diferentes fueros. Lo que proponen es un abordaje "desde la escritura e investigación, resignificando contenidos académicos; hasta el litigio estratégico, buscando popularizar el feminismo en el territorio, humanizando todas las prácticas" que se desarrollan en el ámbito judicial. "Entendemos que no solo la violencia de género debe ser abordada con perspectiva, sino que todas las ramas del derecho tienen que tener esa mirada: lo laboral, el derecho de familia, civil o penal; debe ser transversal", aseguran.

Algunas de las abogadas que forman parte de la Colectiva vienen de acompañar el caso de Aldana Muñoz, la mujer embarazada que este año enfrentó un juicio oral por la muerte de uno de sus hijos a manos de su expareja, mientras ella se bañaba. La joven estaba acusada de "abandono de persona" por la Fiscalía, pero el tribunal que sentenció al agresor la absolvió y habló de un "exceso de punitivismo" en la acusación a la madre. Ese grupo que era parte de la agrupación de Abogadas Feministas a nivel nacional armó la Colectiva por entender que las necesidades locales debían abordarse de manera "más regional". "Entendimos que Rosario es una de las ciudades más progresista culturalmente y en materias como la salud, pero entendemos que ese progresismo no aparece en el derecho, o no a la misma velocidad", planteó Araya, quien recordó que en 2014 se topó con "un mundo arcaico y conservador" en el ámbito judicial.

El inicio tuvo con ver con la idea de aportarle perspectiva de género al derecho y en poco tiempo se les abrieron muchas puertas pero también advirtieron problemáticas: "Una es la del colectivo travesti-trans al que llegamos porque estuvimos participando en el recurso extraordinario por el travesticidio de Diana Sacayán --asesinada en octubre de 2015--. Desde ahí empezamos a ver cómo es la problemática en Santa Fe y apuntamos a acompañamientos, porque si bien el colectivo de mujeres está vulnerado, el travesti-trans lo está aún más", reflexionó Araya. En ese aspecto, consideran que "los espacios de activismo feminista necesitan ampliar cada vez más su campo de acción", y que "un feminismo sólo para mujeres se queda corto para hacerle frente a la violencia del patriarcado como sistema estructural". Por eso, apuntan a pensarse "desde el translesbofeminismo, con un punto de vista jurídico, haciendo el ejercicio constante de identificar cuándo la heterocisnorma (concepción heterosexual) ha limitado nuestras potencias, cuándo se cobró libertades, cuándo se cobró vidas. A quienes entiendan la urgencia de darle voz a aquellxs que reclaman ser escuchadxs y hacer más visibles realidades que ya no podemos ignorar, les abrimos la puerta", expresaron.

Además de acompañar casos como el de una joven que ni siquiera puede conseguir alquiler por ser trans, Daiana señaló que están en contacto con referentas de la región "para hacer un observatorio de travesticidios en la provincia y estamos a disposición si nos necesitan para un acompañamiento o representación gratuita". La seguridad de que van por el camino correcto, la obtuvieron con pocas palabras: "Pasamos de no tener abogada a tener 60", les expresó una de las referentas del colectivo. "Para nosotras es impagable", aseguró Araya.

También les preocupa el acceso a la justicia de mujeres de sectores vulnerables y así llegaron al territorio. "Lo hacemos con un derecho feminista. Empezamos con un consultorio gratuito en el barrio 17 de Agosto y ahora estamos en el barrio Cordero, de la comunidad Qom, donde se van destapando varias problemáticas cuando escuchamos a las mujeres", dijo la abogada. Al mismo tiempo, quiso aclarar: "Nosotras no somos una ONG, no hacemos acompañamiento o representaciones gratuitas siempre. Lo elegimos hacer en el territorio o en el caso de personas de la comunidad travesti-trans, donde creemos que se necesita, pero en todos los otros casos que nos llegan cobramos como cualquier abogado particular. Es importante resaltar que muchas de las pibas han sido explotadas en estudios jurídicos u otros ámbitos", aseguró sobre una problemática que atraviesan las mujeres en el ámbito laboral. "Solemos tener menos posibilidades que un hombre con la misma formación y no queremos seguir fomentando esto. Trabajamos en equipos de abogadas y estudiantes para ir formándonos entre todas durante el litigio", expresó.

Además, la Colectiva colecta libros para las mujeres presas en la Unidad 5. "Sufren una vulnerabilidad mucho más extrema y necesitan un acercamiento a la cultura y la lectura para salir un poco de esa realidad que están viviendo. Ellas nos pidieron exclusivamente libros, así que estamos recibiéndolos" (escribir a [email protected]). Daiana habló con dureza de lo que significa estar presa: "Son aquellas personas a las que nadie visita", dijo sobre lo que sucede a diferencia de los internos varones.