El expresidente republicano George W. Bush, cuya victoria electoral en 2000 fue decidida por la Suprema Corte de Justicia, llamó por teléfono a Joe Biden para felicitarlo por su triunfo en unos comicios "fundamentalmente honestos" y de resultado "claro". El mensaje marca una clara división entre los republicanos, ya que Donald Trump aún niega el triunfo del candidato demócrata e insiste en un fraude sin pruebas.
"Pese a nuestras diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre que ganó la oportunidad de dirigir y unificar a nuestro país", expresó Bush, quien ocupó la Casa Blanca entre 2001 y 2009.
“En su discurso de victoria en Wilmington, Delaware, la noche del sábado, el presidente electo reiteró que fue el candidato demócrata pero que gobernará el país para todos los estadounidenses", agregó Bush, quien agradeció a Biden por su "mensaje patriótico".
En momentos en que el presidente saliente Donald Trump se niega conceder la victoria a Biden alegando irregularidades, Bush subrayó la participación récord en la elección, algo que consideró un síntoma de la buena "salud de la democracia" de Estados Unidos.
"El presidente Trump tiene derecho a exigir recuentos y presentar recursos legales", pero "los estadounidenses pueden tener confianza en esta elección honesta, cuya integridad será confirmada y cuyo resultado es claro", agregó.
Cabe recordar que en las elecciones de 2000, Bush y su rival demócrata Al Gore habían cabeza a cabeza en el estado clave de Florida, con una diferencia a favor del republicano de poco más de 500 votos. Gore pidió el recuento de miles de boletas ignoradas por las máquinas de votación, pero la Suprema Corte otorgó la victoria a Bush debido al vencimiento de los plazos para designar a los electores del Colegio Electoral.
Republicanos divididos
En el bloque "rojo", las reacciones por el triunfo de Biden dividen las aguas: varias dirigentes mantienen su apoyo a Trump, mientras que otras figuras condenan la "peligrosa" estrategia de desinformación del presidente.
"El discurso del presidente anoche me molestó mucho porque hizo acusaciones muy, muy serias sin ninguna evidencia que las sustente", dijo el senador republicano de Pensilvania, Pat Toomey, en una entrevista con la CBS.
En Twitter, el congresista de Texas, Will Hurd, denunció una táctica "peligrosa y equivocada" y pidió que se contaran todas las boletas. En esa misma línea, su colega Adam Kinzinger, tuiteó: "DEJEN de difundir desinformación sin sustento... Esto se está volviendo una locura".
"Contar cada voto es el corazón de la democracia. Ese proceso suele ser largo y, para los que se postulan, frustrante", dijo Mitt Romney en una declaración igualmente desaprobadora. "Los votos se contarán. Si se alegan irregularidades, se investigarán y, en última instancia, se resolverán en los tribunales", agregó.
También se expresaron los más acérrimos seguidores de Trump, que se unieron en bloque para ponerse del lado de su candidato. "Estoy aquí esta noche para apoyar al presidente Trump como él me apoyó a mí", dijo el senador Lindsey Graham, reelegido el martes tras una difícil campaña en Carolina del Sur.
Su colega Ted Cruz fue más contundente: "Puedo decirles que el presidente está enojado y yo estoy enojado, y los votantes deberían estar enojados", dijo al presentador Sean Hannity, que conduce uno de los programas favoritos de Trump en Fox News.