El proyecto de H.I.J.O.S. Tucumán para reparar los legajos de casi 200 trabajadores docentes, no docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Tucumán asesinados o desaparecidos durante el terrorismo de Estado y entregarlos a sus familiares, está a un paso de concretarse cuando en la tarde de mañana, el Consejo Superior de esa casa de altos estudios lo apruebe en su sesión virtual.
“Estamos convencidos de que esto ayudará a restablecer los vínculos con los y las desaparecidos y desaparecidas y a reconstruir sus grupos de amigos y de militancia; trayectorias académicas y el legado de sus escritos y fotografías”, explicaron desde la agrupación, con 25 años de historia y militancia en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
“Es la primera vez que una agrupación como H.I.J.O.S. se acerca a la universidad para proponer un trabajo conjunto de estas características y es recibida de brazos abiertos”, destacó la militante Carolina Frangouli. Desde que llevaron la propuesta, han recorrido “un camino amable y hemos sentido algo que a veces no suele pasar: estar en el momento exacto con la gente exacta. La Universidad nos recibió con mucho compromiso, a disposición de que el proyecto salga a pesar de la pandemia y las imposiciones que sufrió por la pandemia”, contó.
El proyecto de Reparación Histórica de Legajos de Desaparecidos/as y Asesinados/as de la comunidad de la UNT propone la búsqueda y reparación de los legajos de casi 200 docentes, no docentes, estudiantes graduados y no graduados, y trabajadores perseguidos y finalmente cazados por las patotas de represores de la última dictadura cívico militar a través de la inscripción en esos documentos de la verdadera razón por la cual esas personas, de un día para el otro, ya no circularon los pasillos de la institución.
La universidad cuenta con un listado de aproximadamente 130 personas que resultron víctimas del terrorismo de Estado. H.I.J.O.S., en tanto, accedió a una lista aportada por la Secretaría de Derechos Humanos, con el asesoramiento de la directora de Gestión de Fondos Documentales, Andrea Copani, y de la Nación y de Samanta Cassareto, impulsora de la reparación de legajos en la UBA. A partir de un primer cruce preliminar de datos, “estamos hablando de alrededor de 180 víctimas, y sus respectivas familias, a las que les debemos un acto reparatorio”, destacó Carolina Frangouli, integrante de la agrupación.
Para poder ponerlo en marcha, el proyecto deberá ser aprobado mañana por el Consejo Universitario, algo que descuentan resultará bien. Se espera a partir de entonces un “trabajo descomunal” para poder reconstruir y entregar los legajos de las víctimas del terrorismo de Estado “escribiendo de esta manera un nuevo capítulo que selle el compromiso de la institución con la Memoria, la Verdad y la Justicia”, finalizaron desde H.I.J.O.S.