El defensor Lucas Martínez Quarta viajará este martes desde Italia para sumarse al seleccionado argentino pero se expone a una futura sanción por parte de las autoridades sanitarias locales, ya que junto con otros cinco compañeros de equipo, rompió el aislamiento impuesto en su club, Fiorentina, tras el positivo de coronavirus de uno de sus futbolistas.
El ex River, titular en los dos partidos de la Selección en las Eliminatorias, emprenderá viaje junto a Erick Pulgar, mediocampista del seleccionado chileno, y Martín Cáceres, defensor de Uruguay, y llegaría a Buenos Aires en la madrugada del miércoles, un día antes del partido contra Paraguay en la Bombonera por la tercera fecha de las Eliminatorias.
El club de Florencia finalmente cedió ante los pedidos de la Conmebol y la FIFA para liberar a los futbolistas convocados por los respectivos seleccionados pero igualmente los jugadores se exponen a sanciones por parte de las autoridades sanitarias locales.
Según informan los medios italianos, Martínez Quarta, Pulgar, Cáceres, los serbios Nikola Milenkovic y Dusan Vlahovic y el marroquí Sofyan Amrabat violaron la disposición de la ASL (Azienda Sanitaria Locale) que había intervenido en Fiorentina por el reciente caso positivo del español José Callejón.
El director deportivo de Fiorentina, Daniele Prade, reconoció que el club no supo "a quién responder" y finalmente cedió al pedido de la FIFA. "La ASL nos puso en una burbuja hasta el 14 pero luego recibimos una notificación de FIFA que nos obliga a liberar a nuestros jugadores. Hay falta de unidad de criterio entre las partes porque no sabemos a quien responder", explicó el dirigente durante la presentación oficial de Cesare Prandelli como nuevo DT del equipo violeta.
Para eximir sus responsabilidades, el club denunció la situación de los futbolistas ante la fiscalía y la ASL.
Lo mismo había ocurrido con el cordobés Paulo Dybala -ausente en esta convocatoria- en la última doble fecha FIFA de octubre, cuando salió del confinamiento que le habían impuesto a Juventus en Turín, pero un mes después se desconoce si finalmente fue sancionado.
La intervención de las autoridades sanitarias locales generó el malestar del presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), Gabriele Gravina, quien manifestó su preocupación por la "falta de coordinación" ante la detección de casos de covid-19 en los clubes.
"Tener presión de otras federaciones en este momento en el que deberíamos dar una señal de participación no deja una buena imagen. Somos la única federación en Europa que tiene un problema de este tipo", lamentó el dirigente, citado por el diario local La Repubblica.