Vecinos y voluntarios del partido de Almirante Brown participaron el sábado de una jornada de limpieza de un predio de 160 hectáreas, que buscan transformar en una reserva ecológica. Lo que no se imaginaban es que durante el recorrido encontrarían cientos de controles remotos, celulares y pilas. En total, unos 250 kilos de residuos electrónicos que fueron desechados en el terreno como si fuera un basural a cielo abierto, sin ningún tipo de tratamiento como se exige para disminuir su impacto ambiental.
Hace diez años que vecinas y vecinos autoconvocados se organizaron para poder recuperar este gran pulmón verde, actualmente en manos de un importante empresario de Almirante Brown. La Reserva Natural Camino de las Flores, como la bautizaron, linda con el parque industrial de esta localidad, con una zona urbana y con tres barrios de extrema vulnerabilidad, donde viven unas 3.000 personas sin cloacas ni agua potable.
“Estas tierras fueron compradas hace diez años por un privado como una inversión, pero sin un interés puntual. A los dueños les interesa tener un lugar dentro del parque industrial para poder desarrollar su emprendimiento productivo, por lo que el municipio podría negociar y expropiar el predio para avanzar con el proyecto de reserva ecológica”, explica a Página/12 Giuliana Alderete, técnica en gestión ambiental, que impulsa el proyecto y milita en una de las organizaciones que forman el Frente Ambiental para la conservación de Camino de las Flores.
La organización de los vecinos en un frente surgió cuando se plantearon en la zona dos grandes proyectos con un alto costo ambiental: el emplazamiento de un gasoducto para abastecer al parque industrial -pero no a los vecinos- y una de las plantas del Ceamse. Si bien los vecinos no lograron frenar dichos proyectos, estas primeras acciones sirvieron para fomentar la conciencia ambiental e impulsar el frente, desde donde hoy impulsan la creación de la reserva ecológica.
“El gasoducto y la planta del Ceamse despertaron la organización popular. Hoy la lucha por la reserva también se piensa como una compensación ambiental frente a los otros dos proyectos que no se pudieron frenar y que tuvieron un impacto negativo. Estamos hablando de un pulmón verde que linda con un parque industrial y una planta del Ceamse, más que necesario”, refuerza la ambientalista.
Alderete cuenta que a pesar de que el predio es privado, pueden acceder libremente a él porque lo atraviesa el Arroyo del Rey, uno de los brazos de la cuenca Matanza-Riachuelo, y la vera del río se considera espacio público.
Humedales, flora nativa y biodiversidad
El predio de 160 hectáreas tiene cuatro humedales -”reservorios de agua fundamental para preservar la biodiversidad ambiental”, explica la ambientalista- y cientos de especies de flora y fauna nativa. Hay talas, saucos, ombúes y espinillos entre otros tipos de árboles y arbustos. También encontraron allí un tipo de pez llamado killi, que posee la característica de sobrevivir en ambientes secos.
La zona también tiene valor como patrimonio histórico: allí fue encontrado el cuerpo de una joven de 21 años víctima del terrorismo de Estado. Edy María Mendoza fue asesinada el 28 de julio de 1975, en Burzaco. Su cuerpo fue encontrado en la esquina de José Ingenieros y Camino de Las Latas. “Estamos reconstruyendo esa historia debido a la importancia de recuperar los sitios de la memoria en la Cuenca Matanza Riachuelo”, agrega Alderete.
El sábado pasado fue el primer recorrido que hicieron junto a voluntarios para limpiar la zona. Sabían que se iban a encontrar con “vuelcos” de animales -como le llaman al descarte de ejemplares fallecidos- y basura, pero nunca imaginaron que habría cientos y cientos de controles remotos, celulares y pilas. Estos residuos electrónicos requieren un tipo especial de tratamiento para minimizar la contaminación que provocan.
“Encontramos bolsas y bolsas llenas de residuos electrónicos. Necesitamos que el Estados pueda negociar con el dueño para poder avanzar con el proyecto de conservación. Un marco regulatorio permitiría abrir caminos, poner luminarias y guardaparques para evitar que esto suceda”, enfatiza Alderete, quien remarca, por último, que el proyecto busca generar un impacto social en los barrios vulnerables instalados cerca del predio a partir de la creación de empleos.