En UK, el Royal National Institute of Blind People acaba de presentar un prototipo al que ya le llueven elogios: se trata de un test de embarazo que, en vez de arrojar los resultados con texto o líneas, lo hace de manera táctil, elevando una superficie de silicona para indicar el positivo. Al parecer, es el primero en su tipo, conforme destaca esta institución sin fines de lucro, pronta a señalar una deuda que tarda en ser saldada: pensar diseños que hagan más fácil el día a día de personas con ceguera. “El dispositivo fue creado para que mujeres no videntes o con visión reducida puedan interpretar los resultados por sus propios medios, sin depender de nadie más. Quisimos atender especialmente a su derecho a la privacidad, para que así sean las primeras en enterarse de lo que sucede con sus cuerpos”, dijo la presidenta de la RNIB, Eleanor Southwood. Explicó que, con las pruebas existentes, sí o sí tienen que recurrir a terceros para que les lean las pantallitas, “aún cuando, en algunos casos, no quieran que sus parejas o familiares conozcan el resultado”. De allí que, mientras evaluaban posibles alternativas, descartaran de lleno que el resultado se emitiera a través de sonido y se decantaran por esta versión, ideada por el diseñador Josh Wasserman, con base operativa en Londres.
Para la inglesa Danielle Cleary -no vidente de nacimiento a causa de una retinopatía, que ha compartido su historia para promover las bondades del test- hubiese hecho “un mundo de diferencia” contar con la invención años atrás, a sus 22, cuando creyendo estar embarazada, tuvo que pedirle una mano a una vecina metiche. La doña, relata, la incomodó sobremanera hablándole de cuidadores y responsabilidad “cuando claramente no era de su incumbencia”. Pues, situaciones similares podrían evitarse de aquí en más gracias al Royal National Institute…, que ya ha hecho públicos los informes y el diseño industrial del test “con la esperanza de que empresas médicas se interesen por el dispositivo y lo fabriquen para que sea accesible”, en palabras de Southwood. La iniciativa, por cierto, es parte de su novísima campaña Design For Everyone, que invita a seguir imaginando soluciones “para personas con diferentes experiencias, distintas necesidades”, y así “romper barreras, crear una sociedad justa e igualitaria donde todos puedan vivir la vida como elijan”.