Desde este miércoles y hasta el sábado en el horario de 18 a 20 se realizará la cuarta edición de Cine de artistas, esta vez por streaming. El ciclo, nacido bajo la idea del recordado Marcelo Céspedes, fue cobijado por el DocBuenosAires y esta vez se desarrollará en el canal de YouTube de la Fundación Osde, entidad organizadora junto a Espacio de Arte. Cine de artistas propone un cruce entre el mundo cinematográfico y las artes visuales a través de la exhibición de 41 films nacionales e internacionales (cortos y mediometrajes) que dan cuenta de una heterogeneidad de temáticas y lenguajes. Según el catálogo de la muestra, la programación "combina la mirada socializada, territorial, con la bizarrería y lo arbitrario, la introspección política con el funambulismo farsesco, el retrato individual con la imaginería colectiva, oficios y rituales con imaginaciones y fetiches. Todo instalado en una constelación prismática que intenta reflejar con la mayor fidelidad posible un territorio que escapa a cualquier intento de clasificación".
"Se complicaba hacer esta edición pero decidimos hacerla contra viento y marea. Primero, porque es bueno sostener el ciclo, más allá de las circunstancias que, en este caso, son universales", sostiene Eduardo Stupía, uno de los más prestigiosos artistas plásticos de la Argentina y programador del ciclo junto con Victoria Piazza, Yaela Gottlieb y Luciano Santoro. "Pero además, la cuestión del fallecimiento de Marcelo Céspedes, que fue nuestro mentor y la persona que nos cobijó al principio del ciclo, cuando nos vinculamos con él para proponerle la idea dentro del escenario de DocBuenosAires. Este año se cumplieron veinte años del Doc y había muerto Marcelo, de manera que no podíamos dejar de hacerlo, en su homenaje también", agrega Stupía.
Stupía señala que el espíritu de Cine de artistas "sigue siendo el mismo". "Y además el campo conceptual del material se va ampliando cada vez más, aunque eso ya puede verse en otros festivales, que hay muy buenos y muy exhaustivos. Nosotros somos más modestos. Estamos tratando de expandirnos, pero el tipo de material es muy diverso, muy heterogéneo y muy interesante siempre, muy fértil", asegura. Y reconoce que todas las propuestas, más allá de las que quedaron en la selección final "son potentes, todas tienen su interés, todas son muy serias y cubren un espectro que no sólo es el documental puro y duro sino que hay también registros de otros soportes en video y fílmico. Están las cuestiones de género, archivo, las cuestiones políticas, las denuncias, las reflexiones, las experiencias subjetivas", enumera Stupía, quien asegura que les costó acotar el material a cuatro jornadas de dos horas cada una.
El cruce entre cine y artes audiovisuales es una marca identitaria del ciclo. "Ese cruce ya está pasando muy fuertemente en toda la visualidad. Todos los campos están un poco cruzados y hay una multidisciplinariedad muy fuerte, cualquiera sea el formato que tomes", explica Stupía. "El cine ya es hoy, además de lo estrictamente cinematográfico y cinemático, un escenario de cruce de lenguajes. Hace rato que los artistas visuales han incorporado a su escenario y a su lenguaje elementos que no serían propios del campo, y viceversa: los que se podrían llamar cineastas de origen apelan a un montón de formatos, elementos, técnicas y herramientas que teóricamente en otro momento hubieran pertenecido al campo de las artes visuales. De manera que, en realidad, esto es un fenómeno del lenguaje de la cultura contemporánea, no solamente es una decisión nuestra. Cuando nosotros empezamos dijimos esta cuestión de artistas visuales que se comportan como cineastas y cineastas que se comportan como artistas visuales y ahora diríamos otra cosa. Después de varios años, esto quedó como desactualizado porque ahora es casi obvio que todo el mundo trabaja con total libertad y los encasillamientos y las nomenclaturas están un poquito borroneados por la práctica misma", afirma Stupía.
Uno de los cortos que integran la programación es 4664, de Federico Robles. Los fundamentos de la sentencia judicial por los delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino La Perla durante la última dictadura ocupan 4664 folios. La causa, que culminó en 2016 con prisión perpetua para Luciano Benjamín Menéndez y otros 28 acusados, es el proceso judicial más voluminoso y extenso en la historia de la provincia de Córdoba. En 4664, los argumentos del principal acusado son contrastados por la contundencia de la evidencia plasmada en el texto del fallo judicial. El film fue realizado a partir del material de archivo oficial del Tribunal Oral Federal durante las audiencias del juicio.
Guerra de bombuchas, de Violeta Montoya, también tiene un anclaje en lo político. Es una reflexión sobre la guerra en general, y la de Malvinas en particular, utilizando el juego, la poesía y la experimentación. Violeta y su papá Darío, un excombatiente, recrean la guerra en un campo y en una terraza. Darío cuenta con su cuerpo lo que recuerda de la guerra mientras Violeta enfrenta su propia versión con la pantomima de su padre. Lejos de ser héroes los soldados son como niños jugando y así el corto se declara antiguerra.
En una solitaria residencia de vacaciones poblada de antiguas fotografías con gente de otra época, una mujer se levanta una mañana y deambula por el lugar, aunque nunca logra un contacto directo con las demás personas. A medida que transcurre el día y se avecina una tormenta, los seres de las fotos van cobrando mayor presencia mientras van desapareciendo las personas reales. Finalmente, al llegar la noche, ella se dará cuenta de que no le es posible escapar a su destino. Esta es la síntesis de Prisionera de la libertad, del argentino Gabriel Piñeiro.
The Sasha, de María Molina Peiró se ubica temporalmente en 1972, cuando el astronauta Charles Duke aterrizó en la Luna en el Apolo XVI. Fue el encargado de tomar fotos de la superficie lunar con una cámara de alta resolución. The Sasha es una película sobre la perspectiva humana en la Tierra y la lucha constante de los seres humanos con sus limitaciones temporales y espaciales. De la exploración del espacio al ciberespacio, de una Luna analógica en 1972 a una Luna virtual en Google Earth hoy. Es también una historia sobre universos paralelos, donde la eternidad parece perderse entre marcos e interfaces.
Del director mexicano Pablo Benjamín Nieto Mercado se exhibirá Cuerpos de agua. El agua como medio de transporte de vida transmuta su estructura física al recibir el impulso de una fuerza externa. La temperatura como fuerza modeladora de vida muestra en estado neutro al agua en forma líquida, en su polarización activa la transformación del líquido se vuelve un conglomerado sólido de estructuras cristalinas que dan casa a los pingüinos. En cambio, en su polarización pasiva, el agua distiende su estructura física volviéndose vapor, que impulsado por la fuerza del viento recorre la cúpula del globo en forma de algodón regando con vida a todo lo que le cruza. Sobre todas estas formas del agua transita este cortometraje.
También proveniente de México es Impresión del mar, dirigido por María Dianela Torres. Su audiovisual es una reflexión sensitiva sobre la importancia de la luz, cuando ilumina o no determinados paisajes y espacios, y el vaivén incesante del mar, partiendo de imágenes del consagrado artista francés impresionista Claude Monet. La naturaleza y sus variaciones, a veces, son casi imperceptibles, pero ocurren; la posición del sol, las nubes y el viento determinan un paisaje visual deslumbrante, imponiendo repeticiones y variaciones en sus reflejos.