La organización asistencial Hogares en Red, que nuclea a más de 20 instituciones con hogares de niños conveniados con el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat porteño, a través de la Dirección General de Niñez y Adolescencia de la Ciudad, alertó que "el circuito de protección de niñez en la Caba esta siendo devastada". La grave situación económica que atraviesa el sector desde hace años, se profundizó con la llegada del coronavirus. Tras meses de reclamos para que el Gobierno aumente las becas y repongan el fondo de infraestructura para el mantenimiento de las sedes, entre otras cuestiones pendientes, la ong declaró el "estado de extrema vulneración de la política pública de niñez". Norberto Kohen, secretario del hogar La Casona de los Barriletes e integrante de la Red dijo que "se están manejando con el mismo presupuesto que pensaban manejar y nosotros absorbemos todos los costos de la pandemia".
Los reclamos de la organización que aglutina instituciones que cumplen tareas de cuidado de niños, niñas y adolescentes que están judicializados, en general por problemas sociales como violencia y abuso sexual, no son nuevos. Desde hace meses se mantienen en "estado de alerta y extrema emergencia" ante los nuevos gastos que debieron afrontar por la pandemia para cumplir con las tareas de cuidado.
A través de un comunicado, Hogares en Red solicitó de forma inmediata un aumento del 16 por ciento real retroactivo a junio, el pago de becas por convenio y no por ocupación, que se reestablezca el Fondo de infraestructura de 100.000 pesos por sede (que no se paga desde hace dos años), y una mesa de diálogo para hablar sobre las políticas de infancia.
Al respecto, Kohen explicó a Página/12 que en estos meses de pandemia y cuarentena obligatoria los hogares tuvieron que afrontar muchos gastos extras, desde el pago de viáticos y elementos de limpieza hasta la impresión de apuntes y la habilitación de mayor conectividad para que los chicos pudieran cumplir con la escolaridad.
"Logramos desde el comienzo de la cuarentena, en marzo, que el personal de los 25 hogares se moviera con medios alternativos al transporte público, eso nos dio muy buenos resultados ya que el índice de contagio fue muy inferior al que hubo en los cuatro hogares que gestiona el Gobierno de la Ciudad. Pero implicó pagar remises o traslados en auto para llevar y traer a los trabajadores. También hubo que cubrir puestos por las licencias del personal en situación de riesgo y comprar muchos elementos de higiene porque lo que nos daba el Gobierno no alcanzaba", detalló Kohen.
Para Kohen, la desatención que hay hacia el sector también se manifiesta en que "la población que asiste a niños en instituciones nunca estuvo considerado como trabajador esencial. Existe el rubro cuidador individual. Para solicitar el permiso de circulación cada trabajador tenía que poner el nombre de un niño distinto, o poner que trabajaba en un merendero. El rubro hogares de niños no logramos hacer que exista, no lo mencionó ni (Horacio) Rodríguez Larreta ni el Presidente. Y es sintomático porque los hogares fueron quizás el único instrumento entre los dispositivos de infancia que quedaron con trabajo presencial, el resto pasó todo a formato virtual", remarcó.
Todo el volumen de gastos extras llevó a la Red a solicitar refuerzos de lo que cobraban habitualmente. En abril, cobraron un subsidio que, según Kohen, representó el equivalente a 15 días de lo que pedían, y a fines de junio cobraron otro. Y advirtió que "después no cobramos más hasta fines de octubre donde con mucha pelea logramos que nos dieran el equivalente a un mes de becas. Y sobre el aumento del 16 por ciento que tendríamos que haber cobrado en mayo/junio lo van a pagar recién en noviembre pero sobre la base de diciembre del año pasado, con lo cual financieramente lo que nos dan por un lado nos lo quitan por otro".
Becas y maratones virtuales
Las becas que les paga el Estado a los hogares, que son instituciones sin fines de lucro, cubre entre el 60 y el 65 por ciento de los gastos. El resto deben completarlo a través de actividades con aportes de la sociedad civil. Pero en el contexto de la pandemia y la crisis económica concomitante esto resultó una tarea muy compleja y con magros resultados.
En este sentido, Oscar de Isla, otro integrante de la Red, dijo a este diario que "desde el punto de vista económico, en este contexto de pandemia, es muy difícil sostener los hogares. Al tener a los chicos más tiempo adentro hubo mayor necesidad de atención, mayor necesidad de arreglos para sostener la cotidianeidad, y hace dos años que no cobramos el Fondo para infraestructura. Los gastos extras nos han desequilibrado las cuentas. Y hay toda una política, desde hace muchos años, de pensar que las asociaciones tienen que completar la financiación de la tarea que hacen con los chicos con aportes de la comunidad. Y hoy con mucha gente que se quedó sin ingresos, y el Estado que no apoya, hacemos agua por todos lados", remarcó.
Otro problema que señaló Kohen, que está ligado al reclamo del pago de beca por convenio y no por ocupación, es que con la pandemia el sistema de niñez está semiparalizado. "Al no haber clases, al estar los hospitales trabajando casi sólo con covid, no hay detección de nuevas situaciones de vulneración de derecho de los chicos. Eso implica que no se toman medidas de protección, porque no hay detección de violencia en las escuelas ni llegan al hospital chicos golpeados. Y esto hace que los hogares vayan trabajando el egreso de los pibes pero que no tengan ingresos. Y los hogares cobran en base a la vacante ocupada".