En el marco de la crisis inédita generada por la pandemia, los resultados del tercer trimestre de este año para YPF muestran aún un saldo negativo, con pérdidas por 35.332 millones de pesos, pero en términos relativos con una mejora significativa en comparación a la pérdida de 85.048 millones de pesos registrada en el trimestre anterior.
En la síntesis presentada por la petrolera a los organismos bursátiles e inversores, se destaca que "las decisiones adoptadas por la compañía a partir del mes de abril le permitieron a YPF mejorar ingresos, mantener costos bajo control, preservar la caja, despejar el futuro financiero y recuperar gradualmente la actividad".
El impacto de las medidas de aislamiento y restricciones a la circulación se reflejó en la caída en las ventas de combustibles y consecuente baja en los ingresos. Medidos en dólares, el total de ingresos por ventas en el tercer trimestre alcanzó a 2327 millones, disminuyendo 29,7% con respecto a igual periodo del año anterior.
"La demanda se vio afectada por las medidas de aislamiento obligatorio frente al Covid 19. Además, los precios medidos en dólares de nuestros principales productos no estuvieron a la par de la devaluación del peso. A pesar de eso, y a medida que las restricciones se fueron flexibilizando, permitiendo una recuperación de la demanda, los ingresos aumentaron 19,5% en el trimestre con respecto al trimestre anterior", señala el informe de la compañía.
Los ingresos por ventas de gasoil representaron el 36% de las ventas totales del trimestre, alcanzando a u$s 846 millones. Dicha cifra representa una reducción del 27,3% respecto del mismo período del año anterior, como consecuencia de la baja en los precios (-23,5%) y volúmenes vendidos (-4,8%). Las ventas de naftas, que sumaron u$s 359 millones en el período, se contrajeron en un 47,6% interanual, por menores precios (-19,8) y volúmenes vendidos (-37,1).
La demanda de productos refinados se recuperó significativamente con respecto al trimestre
anterior, impulsada por el aumento del 41% en los volúmenes vendidos de nafta y 22% en
diésel, aunque todavía no se alcanzaron los niveles pre-pandemia. Los precios en el surtidor
se ajustaron dos veces durante el trimestre, acumulando en promedio un incremento del 8%
en pesos. Sin embargo, medidos en dólares, los precios se contrajeron tanto para gasoil como en nafta.
También, mejoró el nivel de procesamiento en las Refinerías que alcanzaron un nivel de utilización del 73% en el trimestre frente al mínimo alcanzado en abril del 47%. Cabe señalar que durante este período se realizó el mantenimiento programado en la Refinería de La Plata que había sido suspendido en abril.
La producción total de hidrocarburos se estabilizó en 468.500 barriles de petróleo equivalente por día, tras la reanudación gradual de la actividad. "Durante este período, se levantaron 35 equipos en las provincias de Chubut, Mendoza, Neuquén y Santa Cruz que permitió frenar la caída de la producción, aunque en niveles por debajo de la pre-pandemia y adecuados a las necesidades de mercado".
"Las inversiones, si bien se mantienen bajas respecto al mismo período del año anterior, se comenzaron a recuperar a medida que se fue retomando la actividad productiva. Trimestre contra trimestre, las inversiones crecieron un 72,2%".
Los costos se mantuvieron bajo control a medida que avanzó la implementación de un programa de eficiencia en toda la compañía que permitió que los gastos operativos, excluyendo compras y regalías, disminuyan un 19% respecto del trimestre anterior.
La deuda neta se redujo a 7203 millones de dólares (184 millones por debajo del trimestre anterior), debido a la recuperación parcial del flujo de efectivo de las operaciones y "el enfoque conservador relacionado con inversiones, ya que la prudencia financiera contínua siendo nuestra estrategia para enfrentar esta crisis", explicó la empresa.