En Juntos por el Cambio hubo un silencio completo sobre el papelón de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien debió salir a pedir disculpas por haber usado pasajes de una senadora macrista para viajar al banderazo en Córdoba. En rigor, no hay nada ilegal en el hecho, pero choca de frente contra el discurso que sostiene la propia ex ministra de Seguridad de que los políticos no deben financiarse con fondos del Estado. La lugarteniente de Mauricio Macri dijo que devolvería el dinero (no aclaró a quién) y ensayó algunas explicaciones algo confusas: "Son esas cosas que uno no sabe exactamente cómo suceden. Hablé con la senadora, ella va a hacer todo el trámite para la devolución", aseguró.

Patricia Bullrich fue una de las principales promotoras del 8N, la marcha opositora al Gobierno que se realizó en diferentes puntos del país el pasado domingo. La ex ministra de seguridad se encargó de mostrar en sus redes sociales fotos del encuentro, que compartió con un grupo de diputados y senadores, que tuvo como consigna “la defensa de la república y el apoyo a los jueces Bruglia, Bertuzzi y Castelli”.

Luego se supo que  la ex funcionaria de Cambiemos utilizó tickets emitidos por el Congreso a instancias de la senadora Laura Rodríguez Machado para realizar ese viaje fugaz. La decisión de usar esos pasajes para un acto político no constituye un delito, pero choca contra el discurso que desde el PRO busca instalar. Y más aún con algunas consignas antipolítica que se ven en la marcha que Bullrich apoyó.

De hecho, en años anteriores hubo polémicas por los gastos con los que cuentan Diputados y Senadores. Y por el canje de pasajes por dinero. En ese momento se supo que, por ejemplo, la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, había canjeado la totalidad de sus pasajes y había cobrado un total de 355.800 pesos por los pasajes que no usó. Ella defendió esa decisión y dijo que viajaba en auto a todas partes del país. El diputado Fernando Iglesias canjeó otros 28 mil. La entonces vicepresidenta Gabriela Michetti restringió el uso de pasajes para el Senado.

Pese a las declamaciones contra esos gastos, con el viaje de Bullrich quedó demostrado que el PRO los usa para lo mismo que otras fuerzas políticas. La senadora Rodríguez Machado fue de las primeras en dar explicaciones: “Los senadores tenemos 10 pasajes al mes para cuestionas de personas que no revisten cargos dentro del Senado pero si, por razones políticas, pueden trasladarse dentro de la argentina”, indicó.

No obstante, la incomodidad de que se hubiera dado a conocer el uso de los pasajes ya estaba instalada y se notó todavía más cuando salió a dar explicaciones Bullrich. “Voy a devolver el dinero del pasaje a Córdoba, devolverle la plata al Senado, porque es dinero de la gente. Un procedimiento legal pero que riñe con mi ética y la de la senadora”, argumentó.

Lo confuso empezó cuando intentó presentar lo ocurrido como “una confusión administrativa” y no como la decisión de usar esos pasajes con fines partidarios, algo que ese espacio critica. "Tuvimos otras actividades políticas inherentes a mi función y, además, se asistió a la marcha; es un procedimiento legal, lo solicito y lo autoriza el sector administrativo del Senado. No hay ninguna cuestión ilegal; si la hay, que la denuncien, sino esto tiene un tinte político y no lo vamos a permitir, porque actuamos conforme a derecho”, insistió, de forma confusa.