La soja continúa su carrera alcista y ya se ubica en el orden de los 420 dólares la tonelada, su nivel más elevado en cuatro años. La suba que venía mostrando la oleaginosa se acentuó a partir del informe mensual de Oferta y Demanda Global publicado por el USDA, en donde el organismo norteamericano reportó que los stocks finales para la corriente campaña alcanzarán sus valores más bajos en siete años. También influyen preocupaciones sobre los pronósticos de clima seco en los meses venideros para Argentina y Brasil.
La suba del precio de la soja es una buena noticia para la producción de Argentina y para la incorporación de divisas, en un contexto de inestabilidad cambiaria aunque con mayor control del gobierno. Incrementa el ingreso de dólares derivados de la cosecha e incluso podría incentivar una mayor liquidación de granos.
En octubre se registró la mayor venta externa mensual de productos del complejo industrial oleaginoso en lo que va de 2020. En total, se anotaron Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) para embarques hasta el mes de diciembre por un total cercano a 3,45 millones de toneladas de productos del complejo (sumando poroto, harina/pellets y aceite de soja), unos 1872 millones de dólares en ingresos, generando un total estimado de 42.258 millones de pesos en recaudación por derechos de exportación, detalló la Bolsa de Cereales de Rosario.
En abril pasado, el precio internacional de la soja era 120 dólares menor al actual. Desde junio, Brasil empezó a mostrar un agotamiento en la soja para exportar por una persistente sequía que fue determinante para el ascenso de los precios. Una vez pasada la etapa más dura de la pandemia para China, el gigante asiático empezó a incrementar sus compras de manera significativa. A ello se suma la perspectiva de una próxima campaña de soja afectada por el fenómeno de La Niña, en especial en Brasil.