Uno de los fundadores de BioNTech, la empresa alemana asociada con Pfizer para el desarrollo de una de las vacunas contra el coronavirus, advirtió que si bien la vacuna va a estar disponible a partir del próximo mes en Inglaterra la situación no cambiará en el corto plazo. “Este será un invierno difícil. Empeorará antes de mejorar”, enfatizó Ugur Sahin, en su primer contacto con la prensa.
En declaraciones a los medios británicos, Sahin consideró que la inoculación que se prevé con la vacuna llevará tiempo, por lo que “la aplicación durante la mitad de diciembre no significa que la situación cambiará drásticamente”.
Según el científico, el efecto podría comenzar a notarse en varios meses. “Podríamos volver a la vida normal a mediados del próximo año”, consideró y evitó hacer definiciones apresuradas.
En los últimos días, Pfizer anunció que su vacuna para combatir al covid-19 tiene más de un 90 por ciento de eficacia en la prevención del coronavirus. La cifra causó sorpresa porque supera altamente las expectativas. Más tarde, desde Moscú indicaron que su vacuna Sputnik alcanzaba una cifra superior: un 92 por ciento de efectividad.
El inmunólogo Ugur Sahin, de 55 años, contó a la prensa cómo comenzó a trabajar en la vacuna cuando aún todavía no se hablaba de una pandemia mundial. Según explicó, en enero le llamó la atención un artículo publicado en la revista científica The Lancet, donde se describía la rápida propagación del nuevo virus aparecido en Wuhan, en la provincia de Hubei, China.
En ese momento decidió comenzar a trabajar en una posible vacuna y llegó a 20 fórmulas candidatas. Entre estos proyectos, BioNTech eligió la fórmula BNT16b2, para comenzar con los ensayos.
Özlem y Ugur, el matrimonio germano-turco detrás de la vacuna de Pfizer
Ugur Sahin fundó junto a su esposa y colega Özlem Türeci, BioNTech en 2008, con apoyo de varios socios. Especializados en la investigación de terapias inmunológicas para pacientes de cáncer, luego el laboratorio se concentró en desarrollar la vacuna que debe rescatar al mundo de la Covid-19.
A Türeci y Sahin les corresponde el papel de "inventores" de la tecnología con que se desarrolló la vacuna. A sus socios estadounidenses, el de producirla y distribuirla a escala global en el más corto tiempo posible. El objetivo es alcanzar los 1.300 millones de dosis para el próximo año.
Sahin, nacido en Iskender y profesor de Oncología Experimental en Maguncia, como su esposa, empezó a trabajar en la aplicación de sus investigaciones en el coronavirus en enero. Por entonces, el nuevo coronavirus ya se había extendido más allá de la ciudad china de Wuhan y alcanzado Europa.