"Yo no sé quién fue", dijo Alejandro Hartmann, director de Carmel: Quién mató a María Marta, miniserie de Netflix estrenada hace una semana. "No fue un accidente. Alguien la mató. Hay un asesino o asesina que intentó borrar sus huellas. Mi mirada va por una combinatoria de hipótesis, una mezcla de errores, confusiones y prejuicios que terminó ensuciando todo", agregó el realizador, entrevistado por Marcela Coronel en Mucha Radio.
"No creo que haya sido un plan premeditado. No tengo pruebas de lo que digo; si no, iría a la Justicia. Y tampoco encontré a ningún entrevistado que dijera algo parecido a lo que pienso: lo hubiera puesto para que hable por mí", contó Hartmann.
La serie que quiso armar intenta "darle la palabra a los protagonistas" sin tomar partido en esa especie de River-Boca "y que pudieran oír al otro con quien estaban enfrentados". "No tenía sentido ir por alguna de las teorías cuando para la justicia el caso sigue sin resolución concreta", dijo.
El director afirmó que Carmel "es una historia que resume la relación entre la sociedad, los medios y la justicia en los últimos 20 años".
Para convencer a los protagonistas de dar su testimonio frente a la cámara, el planteo fue "invitarlos a contar su versión aclarándoles que iban a participar los demás: Carlos Carrascosa sabía que iba a estar el fiscal Diego Molina Pico y ambos sabían que nuestra intención era sumar a Nicolás Pachelo", el vecino del country.
Los que no quisieron hablar
Justamente, Pachelo "decidió con su abogado que no era el mejor momento para dar su testimonio. Él está como acusado en un juicio pendiente", contó Hartmann. La masajista, en cambio, "nunca quiso hablar: es una mujer humilde que tiene un lugar importante en el caso y se vio envuelta en un nivel de exposición que la superó".