“Yo me quedo en casa” fue la consigna que se instaló como método de cuidado colectivo en los primeros meses del aislamiento social. Y es bajo ese lema, precisamente, que el Canal Encuentro estrenará este viernes Grooming, un documental que busca concientizar sobre uno de las problemáticas que más recrudecieron durante la cuarentena.
El estreno se da en el marco del Día Nacional de la Lucha contra el Grooming y un día después de que la Cámara de Diputados convirtiera en ley un proyecto por el cual se establece la creación de un Programa Nacional de Prevención y Concientización del Grooming o Ciberacoso contra Niñas, Niños y Adolescentes, que viene a ampliar la respuesta que el Estado había dado en 2013, con la sanción de la Ley 26.904, que tipifica el grooming como un delito en el Código Penal.
Dirigido por Pablo Destito, el telefilm que mezcla la ficción, el documental y la videodanza se verá a las 20 por la pantalla de Encuentro - con repeticiones el sábado a las 17 y domingo a las 23- y en sus redes de YouTube y Facebook Live. La iniciativa es una coproducción entre el canal estatal y la productora Mulata Films, y cuenta con el apoyo de Unicef y el aporte del Complejo Teatral de Buenos Aires, con la participación de parte del Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín.
Basado en la realidad que sufren las víctimas del acoso sexual cibernético, pero con la intención de llamar a la reflexión sin revictimizar, el proyecto relata, a través de la danza y el trap, el vínculo de ficción entre un padre y una hija adolescente que es acosada, interpretados por Martín López Carzolio, actor de Los Bla Bla, y su hija, la cantante trapera Taichu. A ellos se suman el elenco de bailarinas y bailarines Constanza Agüero, Lucía Bargados, Matías Coria, Matías de Cruz, Jonás Grassi y Silvina Pérez, con coreografías de Damián Malvacio.
“Hace varios años, se acercó a nuestra productora un grupo de mamás de víctimas de grooming, cuando esta problemática era desconocida y aún no existía la ley sancionada en 2013. Ellas tenían una ONG que se llama Mamá en Línea, y querían que nosotros las ayudáramos a hacer un spot para viralizar el tema. Y a partir de ahí siempre pensamos en hacer algo”, recuerda Destito, fundador de Mulata Films y a cargo de la producción general de la película junto con Maite Echave y Pablo Giles.
El trabajo comenzó a principios de año, y cuando se decretó el aislamiento se suspendió. Pero en los últimos meses, y con un récord de conectividad producto del confinamiento, las estadísticas de grooming llegaron a niveles alarmantes. Según Diputados, las denuncias por este tipo de delito aumentaron un 58 por ciento durante la pandemia, y datos del Ministerio de Justicia de la Nación aportan que la cantidad de consultas a la línea de ayuda 137 creció un 161% entre el 20 de marzo y el 31 de agosto (datos comparados con el mismo período del año 2019). Y en este contexto, los realizadores decidieron reanudar la filmación.
“Hicimos desde casa el trabajo que podíamos hacer ahí. Luego, a los bailarines y bailarinas, les mandamos a sus casas una cámara completa con luces, acompañada en algunos casos por un técnico de la productora, y los equipos se manejaban de forma remota, desde una computadora. Fue emocionante poder hacer esto en estas circunstancias”, cuenta el director que anticipa que el material se construyó en base a tres ejes: explicar en qué consiste el grooming, y qué modalidades adquiere, ofrecer herramientas para saber cómo prevenirlo y aportar información para saber cómo actuar frente a un caso.
“En general, ocurre que un adulto se hace pasar por una niña o niño, hasta ganar la confianza del menor, con fines sexuales. E incluso hay casos de trata. Hay que tener en cuenta que el abuso comienza en el mismo instante en el que el adulto intenta contactarse. No hace falta que se haya generado un vínculo, ni que el acosador haya cumplido con el objetivo. En cualquier caso, es importante que los adultos nos comuniquemos con la línea 137, para recibir información y ayuda, y hacer la denuncia. Y también es importante no bloquear los dispositivos de les menores, ni bloquear al agresor, ni intentar comunicarse con ellos ni hacerse pasar por el menor con fines de poder develar quién es el otro, porque todo eso perjudica la situación. La información que está en los dispositivos es vital para poder contactarlos, y ese es un trabajo que tiene que hacer la justicia”, explica el director.
Grooming promete ser el primero de una serie de trabajos sobre distintas temáticas que componen la agenda de la ciudadanía digital, como el cyberbullying, la economía de la atención y la huella digital. “Creo que no hay mucha conciencia aún de lo que acecha detrás de internet. Hay organizaciones dedicadas a este tipo de delitos que traspasan las fronteras. Por eso este es un tema que tiene que ser de interés internacional y los países tienen que trabajarlo en conjunto. En este sentido, es valioso este proyecto que pudimos realizar junto con el Estado Nacional y Naciones Unidas”.
A contramano de las teorías apocalípticas en torno a las nuevas tecnologías, un punto fuerte del documental es precisamente correrse de esa demonización. “En un momento, el padre cree saber qué le pasa a su hija y lo primero que intenta hacer es sacarle el dispositivo. Y desde la ficción interpelamos esa actitud, porque el problema no está en internet, que es una herramienta genial que nos ayuda a conectarnos y a acceder a un montón de información. Y la culpa tampoco es del niño o la niña. El problema está en el acosador que trabaja metódicamente en función de vulnerar al menor. Y una forma de luchar contra esto es generar puentes y trabajar con la ley de Educación Sexual Integral en las escuelas”.