Después de tres años y medio de reclamar justicia en las calles y en los tribunales, los familiares de David Campos y Emanuel Medina lloraron al escuchar que dos de los policías que dispararon contra los pibes fueron condenados a prisión perpetua. El caso de extrema violencia institucional comenzó con la descarga de una docena de balas que perforó a las víctimas, tras una persecución; e incluyó un intento de acusarlos para sembrar la teoría de un enfrentamiento. "Lo que avaló la justicia es que estos chicos no estaban armados, no enfrentaron a ningún policía y que todo lo que se pergeñó era falso", resumió el fiscal Adrián Spelta. Para las familias, ese veredicto unánime ratificó que "fue un fusilamiento". Otros 17 agentes recibieron penas de entre 1 y 7 años de prisión.

Después de dos meses de juicio oral contra 19 miembros de la fuerza provincial, los familiares llegaron ansiosos a escuchar la sentencia en el Centro de Justicia Penal. Los policías Alejandro Bustos y Leonel Mendoza --ya detenidos-- fueron acusados como quienes bajaron de los móviles el mediodía del 23 de junio de 2017, luego de que Emanuel y David chocaran contra un árbol en plena persecución, y abrieron fuego. Nueve balas impactaron en el cuerpo de Emanuel; y tres en el de David. Ayer, ambos agentes fueron condenados por el tribunal integrado por Román Lanzón, María Chiabrera y Gonzalo López Quintana, acusados de homicidio. 

En tanto, otros dos policías quedaron en prisión inmediatamente: Marcelo Escalante, fue sentenciado a 7 años, por el delito de encubrimiento agravado y abuso de arma calificado; mientras que Hugo Baroni recibió pena de 5 años, por encubrimiento agravado. A Aldo Benítez, Fernado Varela, Claudio Canclini, Paola Cano, Leandro Cardozo, Walter Ocampo, Alejandro Bolanio, María Ramírez, Daniel Abraham, Alexis Tanneur, Germán Mareco, Pablo García y Rosa D'Angelo les dieron 3 años de prisión condicional como encubridores; y otras dos policías, que declararon sobre el accionar de los principales imputados, recibieron pena de 1 año en suspenso, por el mismo delito. En tanto, se resolvió no hacer lugar a la acusación de falsedad ideológica.

"Se hizo justicia. Que no maten más a los pibes. Cuando mataron a mi hermano yo pensaba en cómo iba a hacer para decirle a mi mamá que su hijo no volvería más. Vinimos para que ninguno de estos patrulle nuestras calles. Al ministro (Marcelo) Sain le digo, aunque él no estuvo en la gestión cuando pasó esto, que tiene en sus manos un poder enorme para que esta policía no mate más pibes como pasó con Jonatan Herrera, Pichón Escobar, Brandon Cardozo, David y Emanuel", señaló Germán, hermano de David Campos, todavía emocionado. "Implantaron pólvora en la mano de mi hermano ya fallecido, le plantaron vainas, armas", recordó sobre lo que que el fiscal calificó como un "protocolo de encubrimiento".

Afuera, miembros de la Multisectorial contra la Violencia Institucional, organismos de Derechos Humanos y otras agrupaciones acompañaron a las familias: "Yo sabía, yo sabía, que a los pibes los mató la policía", cantaron, mientras la mamá de David manifestaba "alivio", aunque aclaró que la muerte de un hijo "jamás se supera".

El abogado querellante Santiago Bereciartúa sostuvo que "es un claro mensaje a las fuerzas de seguridad. La ejemplaridad de este fallo es un hecho casi inaudito. La causa estuvo bien trabajada y no podían no fallar de esta manera. Veremos por qué hubo absolución en el delito de falsedad, pero eso no empaña lo que estamos viviendo", dijo sobre las condenas que alcanzaron a todos los acusados. Su par, Federico Garat agregó: "Hay un valor de verdad; un mensaje a quienes están al cuidado de la ciudadanía y deciden fusilar y encubrir". 

El fiscal manifestó "satisfacción" y dijo que lo que se logró fue "por el trabajo de todo un equipo". Para Spelta, "se intentó justificar algo injustificable". También destacó el quiebre del "pacto de silencio" de las agentes que decidieron hablar.

David tenía 28 años y era trabajador metalúrgico; Emanuel, de 32, era comerciante y padre de familia. Según se indicó en los alegatos, "mientras iban en el auto, personal de la policía motorizada comenzó una persecución por toda la zona sur. Tras unos veinte minutos (en los que se fueron sumando móviles), el auto impactó contra un árbol, en Callao al 5700. Al colisionar y encontrándose ambos inmovilizados por el impacto, los policías abrieron fuego".