Desde Santa Fe

Omar Perotti aceptó ayer la renuncia del ministro de Gobierno y Derechos Humanos, Esteban Borgonovo, y del segundo, el secretario de Gobierno, Arturo Gandolla y designó al frente de la cartera al ministro Rubén Michlig. El enroque es provisorio, pero habilita otra hipótesis sobre los cambios de gabinete que anunció el gobernador hace dos semanas: si Michlig pasa a Gobierno, en el Ministerio de Gestión lo reemplazaría su vice, Marcos Corach, quien hoy oficia como secretario de Políticas Públicas y fue el único que estaba al lado de Perotti cuando éste reunió por zoom a más de 400 funcionarios del gabinete ampliado, a mediados de octubre. Borgonovo formalizó su salida -y la de Gandolla- con una carta de 48 palabras en dos párrafos, en la que agradeció a Perotti la “posibilidad” de haber integrado su equipo "en este año tan singular”. “Me voy más que tranquilo”, explicó después. El gobernador no esperaba la situación, porque no le había pedido la renuncia, pero la aceptó de inmediato. Y apenas Borgonovo cerró la puerta del principal despacho de la Casa Gris, Perotti designó a Michlig ministro interino de Gobierno.

Borgonovo se despidió por las redes. Y con tres agradecimientos: a Perotti por “la posibilidad de haber sido parte” de su equipo, a sus “compañeros y compañeras del gabinete” y a sus “colaboradores”. Recibió mensajes de aliento; el primero, de un socialista, Juan Carlos Zabalza, ex jefe de asesores del ex gobernador Miguel Lifchitz: “Lo lamento. Un abrazo. Fuerza”.

A media mañana, el renunciante explicó que había dejado el cargo porque estaba incómodo. Perotti no le pidió la renuncia, pero apenas anunció que pensaba en un gabinete pos pandemia, su nombre comenzó a circular en los medios como “posible recambio”. Fue público y notorio. Así que Borgonovo interpretó ese silencio de Perotti a su manera. “El Ministerio de Gobierno es el ministerio político por excelencia”, dijo. “Es imposible trabajar sin un respaldo firme y explícito del gobernador. Es una tarea muy delicada, continua y permanente. Entonces, sin ese respaldo no se puede ejercer esta tarea”, planteó.

“Por esa razón, me pareció lógico dejar al gobernador con las manos absolutamente libres para que decida quién será el compañero, o la compañera, que venga a tomar la posta. Estas cosas forman parte de las reglas del juego -desdramatizó Borgonovo-. Uno tiene que saber cuándo ingresar y cuándo salir. Y si hay una decisión de hacer cambios en el gabinete es mejor cortar por lo sano y dejarle al gobernador la absoluta libertad de que los haga”.

“Por supuesto, que estoy a disposición del compañero o compañera” que lo reemplace en el Ministerio de Gobierno. “Es una función delicada, significativa. Lo que le conviene al gobierno es que haya una persona que tenga una renovada confianza para lo que viene”, precisó.

Esa incertidumbre sobre el destino político de Borgonovo, no sólo se reflejó en los medios, también puertas adentro en la Casa Gris, donde los secretarios del área tenían reuniones de trabajo sin la participación del ex ministro. El único que renunció fue el secretario de Gobierno, Arturo Gandolla, quien acompañó ayer a su amigo en la ronda de prensa. Los otros: el secretario de Justicia Gabriel Somaglia, la secretaria de Derechos Humanos, Lucila Puyol, el secretario de Asuntos Penales, Walter Gálvez, el secretario de Logística, Daniel Sorrequieta y el secretario de Protección Civil Roberto Rioja, siguen en sus cargos.

-¿Se imaginaba afuera del gobierno en menos de un año? –le preguntaron.

-No. Hay que ser sincero y fuerte. Reconocer que si uno está comprometido con un proyecto y le dicen que hay un cambio, no es una buena noticia. Sería una hipocresía. Hay que tener la misma templanza para saber qué son las reglas de juego. Para mí es muy bueno, muy tranquilizador, poder mirar para atrás este año y ver que se hicieron muchas cosas con un gran esfuerzo porque en la pandemia hubo que dar respuesta a muchos sectores que reclamaban legítimamente muchas cosas, como por ejemplo trabajar. Hay mucha gente que todavía hoy no puede trabajar. Y siempre hemos respondido con recursos escasos y complicaciones. Es una situación que demanda una gran dedicación y yo creo que pasamos un año muy complicado y dejando una situación mejor que la que encontramos. Con eso, me voy más que tranquilo”, finalizó.