El 90 por ciento de las personas lgbt+ que viven en Tucumán no pudieron recibir el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o ser incluidas en el programa Potenciar Trabajo por superar la edad límite. El 25 % debió recurrir a la venta de objetos para sobrevivir y un 75 % mantuvo sus trabajos “hacia afuera”, de costura, limpieza, reparación de electrodomésticos, entre otros, revela la “Encuesta sobre cuidados y acompañamientos a personas mayores lgbt+” que realizaron entre marzo y septiembre Matria, Central y Crisálida-Biblioteca popular de género y diversidad afectivo sexual.
“Lo que viene es la revolución de la longevidad, y esto nos lleva a reflexionar sobre las tareas de cuidado y acompañamiento existentes, y las que debemos planificar”, advierte el informe. Para la encuesta fueron consultadas 60 personas lgbt+, un 70 % de entre 60 y 75 años, y el 30 % restante de entre 75 y 85 años, y otras 50 personas que realizaron los acompañamientos y cuidados: un 85 % mujeres que asumieron esos roles por ser vecinas, amigas, familiares e incluso porque se contactaron a través de las redes sociales ofreciéndose. El 75 % nunca antes había hecho estas tareas fuera de su círculo familiar. Ese mismo porcentaje que acompañó a mayores lgbt+ “tiene otra postura frente a la ESI, luego de la experiencia de acompañamiento y cuidado vivida (se oponían y ahora están a favor)”.
Sólo el 20 % de lxs mayores lgbt+ mantiene contacto con sus familias durante la pandemia. En su mayoría reciben mensajes mensuales y no hubo contacto presencial. El 60 % considera posible recurrir a Cáritas, la iglesia o la parroquia en busca de asistencia, un 45 % recurre al Sindicato de Amas de Casa para recibir mercaderías, pero no están afiliadxs a ningún gremio y tampoco cuentan con obras sociales. “La población de personas mayores lgbt+ tiene historias de vida con fuertes vivencias de discriminación, expulsión de sus hogares, rupturas de sus vínculos familiares, afectivos, prejuicios, la clandestinidad de sus deseos para poder sobrevivir o no perder el trabajo, postergar proyectos de vida y una continua vulneración que se profundiza con la vejez", describe el estudio. "El acompañamiento y apoyo que esperan recibir requiere de una sensibilización sobre sus identidades y sus derechos para no sufrir una nueva victimización.”