Alquilar en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es cada vez más difícil: los aumentos persistentes y por encima de la inflación de los alquileres de departamentos de uno, dos y tres ambientes resultaron que la renta mensual promedio de un monoambiente en la ciudad supere en un 17 por ciento a la jubilación mínima. El dato surge del relevamiento mensual de precios de alquileres publicado en noviembre por el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
El estudio indica que los aumentos mensuales promedio durante el 2020 fueron de 3,8 por ciento en los monoambientes, 3,6 por ciento en los departamentos de un dormitorio y 4,3 por ciento para los de tres ambientes; las tres cifras por encima de la inflación mensual calculada por el Indec.
Los incrementos del segundo semestre fueron mayores a los que se produjeron durante el primero. Alquilar un monoambiente en Capital Federal cuesta 21.838 pesos en promedio. Este valor muestra un alza semestral acumulado del 17,2 por ciento. El promedio de las ofertas de dos ambientes creció de 21.821 a 26.011pesos en seis meses, un incremento acumulado de 19,2 por ciento. En mayo, las unidades habitacionales de dos dormitorios se encontraban a 30.480 pesos en promedio, y hoy se encuentran a 41.818 pesos, lo que equivale a un alza acumulada de 37,2 por ciento.
En tanto, la jubilación mínima se ubica desde septiembre en 18.129 pesos. Ese monto no alcanza para pagar el alquiler de un monoambiente medio, mucho menos para cubrir expensas, servicios y otros gastos.
El costo de vivir mejor
Aquellos inquilinos que viven en un monoambiente, y desean mudarse a un departamento de un dormitorio, deberán gastar en alquiler en promedio 4173 pesos más. Para mudarse a uno de dos dormitorios deberá pagar 15.816 pesos adicionales. "Este es el costo que soportan las familias cuando crecen en cantidad de integrantes y deben mudarse para evitar vivir en condiciones de hacinamiento", sentencia el informe del CESO.
El Centro de Estudios realiza este informe mensual por identificar que, más allá de los problemas para obtener garantías, pagar las
comisiones o las expensas, el costo del alquiler es la primera y la mayor barrera de ingreso para los y las inquilinas de la Ciudad. "Los altos precios impiden a gran parte de la
población alquilar siquiera un monoambiente medio, empujando a estos ciudadanos a
zonas con infraestructura y servicios de menor calidad", explica el informe.