Con las heridas aún abiertas por el fracaso del gobierno de Cambiemos, Elisa Carrió se despachó contra ex funcionarios de Mauricio Macri, incluso indirectamente contra el propio ex presidente, y a los que quiso rescatar, como a Marcos Peña, pareció hundirlos un poco más...
La líder de la Coalición Cívica argumentó que el fracaso de Macri se debió a "dos golpes del establishment". Uno fue impulsado por los laboratorios que "pedían la cabeza de Mario Quintana y Gustavo Lopetegui", dijo, como toda justificación. El otro "fue contra Marcos Peña", el entonces jefe de Gabinete, producto de su enfrentamiento con otros funcionarios de su propio gobierno.
En ese marco fue que quiso valorizar la figura de Peña: "Todo el mundo cree que Marcos Peña fue un pésimo jefe de Gabinete y es mentira. Él es decente, con lo cual no les pagaba a los periodistas, como hacen todos los jefes de Gabinete. Él era el único que se le podía plantar a Macri, que lo frenaba en sus posiciones más extremas." Estimó que el problema de Peña, a quien definió como "un mártir", era la disputa "interna que tenía con Emilio Monzó y Rogelio Frigerio", el titular de la Cámara baja y el ministro del Interior de Macri, quienes "querían manejar el gobierno" y "armar un pan-PJ ligado a (Sergio) Massa".
Es decir que, por un lado, Carrió reconoció la imagen negativa que dejó el paso de Peña por la función pública y, por otro lado, consideró que el único mérito de Peña era que lograba detener a Macri, lo cual implica, desde su particular punto de vista, que frenar a Macri, al presidente que ella contribuyó a llevar al poder, era algo positivo.
En su aparición en el canal LN+, Carrió aprovechó para volver a cargar contra Rogelio Frigerio, como ya hizo en reiteradas oportunidades. Primero, intentó reivindicarse a sí misma: "Yo debo ser la persona que más acompañó la presidencia de Macri, fui la única que hizo campaña cuando nadie hacía". Y ahí apuntó que el entonces ministro trabajó para el peronismo en las elecciones de 2019. "Fui la que avisé que en las provincias Frigerio estaba haciendo campaña por los gobernadores del PJ". Y puso como ejemplos los casos de la intendencia de Concordia, Entre Ríos, y la provincia de Catamarca.
El apoyo a Rafecas
Pero Carrió no se limitó a desnudar las internas del gobierno macrista. Entre otras cosas, intentó explicar por qué se manifestó a favor de la designación del juez Daniel Rafecas como procurador general e, insólitamente, de allí derivó en una diatriba contra la vacuna rusa contra el covid-19.
"Rafecas no es un militante --dijo--. ¿Qué quieren, que vuelva Cristina y que la ponga a Peñaflor? (sic: confundió al nombre de una bodega con el apellido de Graciana Peñafort) ¿Quieren que terminen todos presos como en Venezuela? ¿Qué quieren --abundó--, que los envenene la SIDE de Cristina como envenenó Putin al opositor?"
Contra la vacuna
Fue entonces cuando deslizó que "la inteligencia rusa está directamente ligada a Cristina Kirchner” y se despachó contra la vacuna que se está desarrollando en Rusia para enfrentar la pandemia del coronavirus: "No se pongan la vacuna rusa. No se pongan ninguna vacuna que no venga de un país democrático, que no venga con todas las seguridades", dijo, desconociendo el respaldo científico y de la OMS con que cuenta el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología, el instituto que trabaja en la vacuna Sputnik V.
Movilidad jubilatoria
"Están vaciando las cajas jubilatorias. Están sacando la plata del fondo de sustentabilidad, se la están robando y con eso están haciendo préstamos al Tesoro”, dijo Carrió. “Cuando termine este Gobierno no habrá un peso en la caja de jubilaciones".
También la ex diputada opinó sobre el primer cambio en el gabinete de Alberto Fernández. Realzó a María Eugenia Bielsa, la saliente ministra de Desarrollo Territorial y Hábitat, “la mujer más decente y brillante que tiene Santa Fe”, y cargó contra su reemplazante, Jorge Ferraresi, a quien calificó como un “fanático kirchnerista con muchos problemas con la mafia policial”.