Seguramente, El Ángel de la Valija tenga mucho que decir en estos días. Su trayectoria teatral le ha hecho dialogar con públicos diversos. Ahora lo hace desde la posibilidad del streaming. Con una única función, la obra de Sergio Mercurio y Severo Callaci conoce una novedosa reformulación, a partir de la dirección audiovisual de Agustina Toia. Hoy a las 20, la plataforma Ticket Hoy anuncia una versión íntima, de cine-teatro, de El Ángel de la Valija.

“Luego de la quietud, de la espera, y de ver de qué modo continuar con el trabajo, nos pareció que la obra era muy adaptable al cine. Por eso decimos que es cine-teatro, porque es una conjunción. Hay veces que hay detalles que en la obra teatral se pierden por la lejanía, cuando el trabajo actoral es muy grande e interesante, con cada personaje caracterizado como si fuera dibujado”, señala Agustina Toia a Rosario/12. La nueva puesta en escena responde a otros códigos y posibilidades, pero siempre desde el protagónico absoluto de Severo Callaci, ahora en la compañía de recursos que Toia sabe poner en juego: “Severo siempre agrega un detalle, a través de la mirada, con la energía del cuerpo. Hay personajes en la obra teatral que pasan, pero nunca son vistos. La obra funciona como una simultaneidad de personajes que van apareciendo, y quisimos jugar con eso, con lo que no se ve, pero a través de muchos planos subjetivos, para darle un poco más de personalidad a esos seres”, continúa Toia.

Callaci interpreta a Ezequiel Sanguinetti, un ángel imprevisto. Sólo cuenta con una valija. Y da vida a diez personajes diferentes. Una tarea que le ha valido el reconocimiento de públicos de latitudes variadas, entre América y Europa. Ahora, Sanguinetti encarna en el blanco y negro de la imagen, y Callaci explica que “si yo lo hacía como en el teatro, no podía, la gente no estaba, porque en el teatro voy construyendo a partir del público; más allá de que siempre voy narrando, es algo que involucra siempre a los demás. Pero ahora eso no estaba. Cuando actúo, miro siempre un punto, que sitúo y siento al fondo del universo, desde donde sostengo lo que estoy haciendo. También siento que el mundo se sostiene en mi mirada. Poder estar en ese punto infinito, me permitió estar en un portal de comunicación y convertirme en un vaso comunicador. En ese sentido, fue muy hermoso”.

La lógica audiovisual implica, por ejemplo, la posibilidad del desglose de la acción y su reconstrucción desde el montaje: “Filmamos por escenas, por personaje, fuimos retratando de esta manera, con cortes y diferentes planos. Además, hay un trabajo muy lindo de ambiente sonoro de Ariel Migliorelli, cada uno de los personajes tiene su ambiente, están en la calle, en el barrio, en una fiesta, en una habitación. Es un gran trabajo de paisajes sonoros”, prosigue Toia. Y Callaci agrega: “Es alucinante, estamos muy contentos. Esta posibilidad de repensarnos en clave de cine, es algo realmente nuevo”.

El Ángel de la Valija giró por el mundo, y el vínculo logrado adhirió sus matices. El streaming añade una simultaneidad de espectadores y países extraordinaria. “Esta pandemia que vino a quebrarnos, nos da la posibilidad también de apropiarnos de este momento, donde hay que volver a pensarse. Hacer esta obra para mí es como un ritual. Eso hace que tenga que estar siempre escuchándola y aprendiendo de ella, ir encontrando las formas, los ritmos. Cuando hicimos las traducciones a otros idiomas, tuve que volver a reconfigurar toda la musicalidad para hacerla en italiano, con públicos diferentes. Yo la vivo como un organismo vivo, donde vuelvo para recordarme algunas cosas y recordárselas también al mundo, para transformar aquello que me quiere fragmentar o detener”, dice el actor.

“La puerta muy grande que se abre es que la obra siga viajando. Ya lleva más de 80 funciones en 12 países diferentes. Este formato nos permite ahora seguir volando a lugares donde estuvimos y otros donde no. Podemos llegar a cualquier parte del mundo. El año pasado, El Ángel fue abriendo puertas en Europa y América Latina, ahora surge también la posibilidad de subtitularlo. Es la primera de las siguientes funciones que se harán, porque el mensaje de la obra sigue vigente, es muy abierto y hermoso. Sobre todo en este momento, en donde nos tenemos que volver a preguntar todo una vez más”, concluye Toia.