“Estamos tratando de recuperar algo de la vida anterior” sabe distinguir Maru, de Bubis Vayins. Y su sensibilidad coincide con la de Eh Bo, de COLONIkOCOLOkIO: “No podemos creer que presentemos un disco que sale por la red”. Las impresiones son compartidas, también las novedades respectivas. Los trabajos nuevos de los dos grupos están en las redes, aun cuando todavía falte lo que se anhela. A ese horizonte parecen dedicados Las Presencias de Bubis Vayins y Tablada Hollywood de CKCK.

Los dos discos fueron resueltos en estos días de encierro, y cada uno es un viaje precioso que vale repetir, tantas veces se quiera y con el movimiento quieto de estos días paradojales. “Al escuchar el disco, hay quienes nos dijeron sentirse representados en este momento, por más que no fuera nuestra intención. No queríamos hacer un disco sobre esto, todo el mundo ya habla sobre esto, así que basta, era necesario un poco de aire. Pero quedó un poco asociado. No sé si es bueno o malo, ya veremos”, cuenta Maru. Y dice Eh Bo (Eduardo Bonfatti): “Es contradictorio sacar un disco tan bailable, en este contexto. Nico (Nicolás Cassale, alias Kolia, el otro integrante del dúo) me dijo: ‘¿sabés que estadísticamente la música bailable es la que menos se está consumiendo?, ¡y nosotros vamos a sacar este disco justo ahora!’ Y bueno, es el disco que hicimos (risas)”.

-Tal vez como expresión de una situación en donde se nota una necesidad.

Eh Bo: -No lo había pensado de esa manera. Componer no tanto desde lo que nos pasa, sino un poco más de lo que quisiéramos o nos falta.

El estreno de Las Presencias de Bubis Vayins, fue por partida doble. El disco se presentó en dos partes, la segunda de ellas disponible desde hace una semana. Pero lo cierto es que siempre fue y es un disco completo, así debe oírse. La difusión desdoblada respondió a las variables que suscitan las redes. El grupo que conforman Maru (guitarra y voz), Nineo Zoom (guitarra y voz), Miru (bajo), Sofi (sintetizadores) y Calo (batería), conoce ahora su tercer trabajo. Maru explica que “el nombre del disco partió de lo que estábamos viendo y leyendo en este momento, muy enganchados con cierta mitología nacional, a través de Mariana Enríquez, algo de Silvina Ocampo, las películas de Lucrecia Martel. Cierta mitología nacional que está buenísima y estamos descubriendo, relacionada con cuestiones espirituales pero desde un paganismo medio loco. Surgió también por la foto de la tapa, una fotografía antigua que encontramos en el mercado de San Telmo hace un millón de años. Nos llamó la atención y la compramos. Nos gusta trabajar el concepto del disco como un todo y se fue dando así, aun cuando cada uno luego interpreta lo que quiere”.

Por su parte, el título Tablada Hollywood parece encerrar entre sus términos una fricción. “Es esa contradicción entre lo que habitamos y lo que consumimos, lo que vivimos y lo que miramos por la pantalla, lo que producimos y lo que nos fuerzan a producir. A su vez, nos daba la impresión de que necesitábamos un nombre que dijese bastante. Es un disco instrumental, y el título era una de las chances que teníamos para decir algo más allá de la música; cuando apareció nos resultó contundente”, comenta Eh Bo.

En Tablada Hollywood la cumbia aparece como un lugar de preferencia. Una raigambre sonora que se reconoce, desde un modelado que sorprende entre canción y canción, fusión electrónica mediante. En este sentido, el músico agrega que “la búsqueda es un poco sobre el tema de la identidad. Tablada es una excusa, es el barrio que nos tocó, pero podría ser cualquier barrio de Rosario o del país. Es la búsqueda de identidad y de un lugar desde donde decir. Claramente, es un lugar donde los ritmos tropicales -que siempre han sido denostados- son asumidos como nuestra identidad y manera de ser. En este condicionamiento de consumir todo de afuera, ¿qué tenemos nosotros para decir desde nuestro lugar? ¿La cumbia es sólo la música para la joda? No. Es también lo que se escucha en el barrio, en el parque, en un cumple o haciendo un asado. Quisimos usar este mismo sonido para la introspección, y sacar afuera lo que está adentro”.

-¿Cómo fue el proceso de trabajo?

Eh Bo: -La parte más técnica tuvo que ver con conectar de manera distinta los equipos. Como no pudimos ensayar y no teníamos el diálogo de zapar y jugar sobre una idea, lo que hicimos fue mandar todo a la loopera, como si fuese la banda. A partir de ahí, ir grabando todo sin la compu. Así aparecieron estas estructuras rítmicas, si se quiere más sencillas, sin tanto A-B-C, estribillo, coda, sino directo al ritmo. Y después ida y vuelta por WeTransfer.

En el caso de Bubis Vayins, la cantante refiere que “es como un juego. Cuando empezamos a componer lo que surge es casi a ciegas, sin saber bien hacia qué lado nos dirigimos. No tenemos un concepto previo, sino que se va armando y de manera lúdica. Eso es para mí lo más valioso que tenemos, porque es todo mucho más divertido. Luego, cuando terminamos la masterización, la tapa, las animaciones que subimos a YouTube (que realiza Sofi), y saco la cabeza para mirarlo de afuera por primera vez, veo que está buenísimo”.

-Además, sacás la cabeza y ya ves una trayectoria.

Maru: -La banda nació así, sin un objetivo en el término de la producción o para que fuese de tal género. Comenzó como un juego, como un rompecabezas, con cada uno poniendo una piecita a lo largo del tiempo. Y por suerte hubo y hay gente a la que le gusta.

Acerca del horizonte del párrafo primero, el de la vuelta al encuentro, puede decirse que el disco de Bubis Vayins tiene canciones de las cuales “sólo una pudimos tocar en vivo, el resto ni siquiera las ensayamos todos juntos. En algún momento volverán los recitales, así que tenemos que ponernos a armar los sonidos para el vivo, porque en el disco nos dimos licencias, no usamos los sintetizadores de siempre sino sonidos generados especialmente. Ahora tenemos que juntar todo y ponerlo a funcionar, pero está bueno, es otro objetivo a corto plazo que resolver”, señala Maru.

En otro orden, “Tablada Hollywood es el primero de una tanda de discos, y el segundo ya se viene, 100% acústico, con criolla, voz y un quinteto de cuerdas (que dirige Joel Tortul). Nos permitimos un disco instrumental, rítmico, con sonidos más de texturas, pero queremos seguir con otra faceta, distinta, que es la de la canción más cálida y con el sonido de las cuerdas”, concluye Eh Bo.