A contramano de todo lo que está sucediendo en el universo cultural, un nuevo espacio nace: se llamará Olla Roja, y es iniciativa de un grupo de cuatro artistas visuales mujeres. "Unas dementes", admite Jackie Simsolo, una de ellas, para luego profundizar en la razón de ser del emprendimiento. Su sentido se construye a partir de lo que no es. "No queremos que sea una galería, porque se manejan siempre a través del mercado. No estamos en contra pero estamos tratando de generar algo diferente. Un espacio horizontal, abierto. Una comunidad. Queremos ir por el costado, por los bordes", define.

Las otras "dementes" son Mara Paz, Guadalupe Piqué y Analía Calvinho. No tienen una relación de larga data: se conocieron a fines del año pasado en una residencia artística en Río Gallegos, coordinada por la curadora Kekena Corvalán. En conversaciones por Whats App charlaban "de la vida" y comenzaron a soñar este espacio. Después vino la pandemia, pero no las frenó. "El momento fue de tanto encierro que hubo necesidad de abrir algo", dice Simsolo. En aquellas charlas surgió también lo que será la primera exposición de Olla Roja, una muestra de fotos domésticas tomadas al principio de la cuarentena, con el nombre Hablame de autonomía.

"Para algo sirvió el encierro: para plantearnos un poco lo que cada una de nosotras -que somos distintas y venimos de mundos distintos- pensaba que había que hacer. El arte (plástico) es tan restrictivo, elitista, inaccesible en general; es para gente que tiene mucho dinero. Y no es sólo el dinero el tema: ¿a cuántos artistas conoce la gente? Muy pocos. Hay una competencia feroz", explica la escultora. La impronta de la "casa cultural" será feminista. "Vamos a darle una identidad en relación a las mujeres grandes, como nosotras, que tenemos todas arriba de 40. La más joven tiene 47", añade.

El proyecto es una respuesta a la "vulnerabilidad" que mujeres y diversidades padecen en el ámbito artístico. La desigualdad se acentúa cuando son más grandes. "En general, somos mucho menos mostradas que los hombres y ganamos menos premios. Muchas entran tarde al mundo del arte; no siguen la carrera de Bellas Artes a los 20 años. Tienen familia, hijos, etcétera", destaca Simsolo. El arte como hecho colectivo, en discusión con el halo narcisista e individualista que suele asociarse al artista visual, será otra de las apuestas. Es algo en lo que Simsolo tiene experiencia: durante una década integró un dúo artístico junto a Adriana Albi

Hablame de autonomía será el capítulo inaugural de esta anti-galería ubicada en el corazón de Palermo (Soler 5072) que abre sus puertas este sábado 14 a las 18. "Ninguna de las cuatro es fotógrafa, así que no es una muestra profesional. Nos fuimos enviando fotos para sostener el encierro y tratar de abrir otras puertas", cuenta la artista. Son autorretratos; imágenes del espacio doméstico y la propia intimidad capturadas al inicio de la pandemia. "Empezó a modo de juego, de goce, de buscar el deseo y lo erótico. Puede haber desnudos de mujeres de cuerpos no hegemónicos, porque somos grandes, hemos atravesado partos, abortos... existe lo erótico también cuando una es más grande", completa. Las fotos estarán impresas en formato rasterbator, "elegido especialmente para aludir a que lo personal también es político". 

"La muestra busca situar a esa mujer que anda por la periferia por ser mayor de 40, gorda, artista rechazada de los salones o feminista. Pone en un lugar central lo que estaba en la frontera, desde el lugar del deseo por ella misma y de eso que busca", define, por su parte, Mara Paz. "Presentamos prácticas artísticas que deconstruyen y disputan el espacio del arte contemporáneo; prácticas del cuidado y domésticas; y otro modo de coleccionismo: de cercanía y colaborativo." 

La curaduría es de Corvalán, quien escribió: "La erótica es el primer autocuidado, el primer paso de una revolución que para nosotras siempre será creando, bailando, riendo y cocinando (...). Ya no escuchamos más cómo debe verse nuestra piel, y sobre todo, cómo deben ocultarse nuestras marcas, edades, gorduras, arrugas. Este almanaque es un grito de amor, un acto de soberanía, la expresión libre de la diversidad estética, la experiencia vital de pliegues y repliegues que activan con otres pura afectividad".

Olla Roja compartirá sede con el taller de Simsolo ("decidimos hacer una prueba, no es que estamos pagando un alquiler", dice). Contará con dos salas, aunque sólo una se habilitará en la inauguración. "La apertura se vuelve complicada con los protocolos, pero haremos entrar de a dos, tres personas para mantener la distancia. También vamos a hacer una intervención en el frente", anticipa Simsolo. Para el 1º de diciembre, preparan una exposición de pinturas de Ester Julia Castiglione, artista de 80 años que nunca expuso sus trabajos. Será en el marco de las Jornadas de Feminismo Post Colonial. El 11 inaugurarán una feria con artistas de distintas provincias, "apuntando a fomentar el consumo de arte a costos razonables" así como también a "federalizar" el espacio. "Estaría bueno que todos pudiéramos tener la oportunidad de comprar y vender obras que nos gustan; que ese deseo no esté reducido a un grupo de gente", subraya.

Entonces, ni centro cultural ni galería: "casa cultural". "Nos gusta esa definición porque defendemos la idea de 'mi cuerpo, mi casa, mi territorio'. Será un lugar abierto para artistas que quieran generar proyectos y para defender las causas en las que creemos, como la ley del aborto o el Ni Una Menos", manifiesta. El acento estará puesto en las artes visuales en sentido amplio, aunque no se descarta que en el futuro entren en juego otras disciplinas.