Sólo el 25% de quienes tienen la categoría de "Investigador Superior" en el Conicet son mujeres a pesar de que en la base de la carrera su porcentaje es superior al de los hombres, asegura una investigación realizada por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) presentada durante la entrega de la nueva edición del Premio Nacional L'Oréal-Unesco.
El informe señala que "al observar las categorías de investigadores del Conicet, las mujeres son mayoría en los niveles iniciales y van reduciendo su participación a medida que la categoría es superior: representan el 61,3% de los investigadores asistentes, pero el 25% de los investigadores superiores".
"Si bien aumentó dos puntos respecto al año anterior, que representaban un 23%, demuestra que todavía queda mucho camino por recorrer", señaló Paula Szenkman, la investigadora asociada de Protección Social de Cipecc que estuvo a cargo de la investigación.
El estudio indica además que en términos de puestos de liderazgo, casi el 90% de las autoridades integrantes del Consejo Interinstitucional de Ciencia y Tecnología fueron varones en 2017, así como el 89% de los rectores en universidades y el 73% de Secretarios de Ciencia y Tecnología (o equivalentes).
Esta situación se da a pesar de que la participación de las mujeres argentinas en el total de publicaciones científicas es una de las más altas del mundo. Según el informe global “The researcher journey through a gender lens” presentado por Elsevier –la mayor editorial de libros de medicina y literatura científica del planeta– a través de Scopus, su base de datos de referencias bibliográficas y citas, Argentina es el país que cuenta con el mayor protagonismo de las mujeres en el campo de la investigación. Aquí participan en un 51%, mientras que los hombres lo hacen en el 49% restante.
Se trata de una noticia muy llamativa si se tienen en cuenta los datos recabados en otras latitudes. En EEUU, por ejemplo, las mujeres lo hacen en el 34% de las investigaciones y los hombres el 66%; Reino Unido (37% y 67%), Francia (39% y 61%) y Alemania (32% y 68%) arrojan números similares y su disparidad es considerable. El resultado más alarmante, sin embargo, proviene desde Japón en donde el trabajo de las mujeres representa tan solo el 15%.
La situación en el mundo
En el mundo, la falta de paridad se mantiene más o menos igual, ya que sólo el 27% de los trabajadores en el sector de software y tecnologías de la información son mujeres y menos del 20% tienen roles de liderazgo. En relación a las start-ups, aquellas que son creadas por mujeres reciben 23% menos de financiamiento.
"La subrepresentación de mujeres en el ámbito de la ciencia y la tecnología se debe a múltiples barreras que se presentan desde la niñez y a lo largo de la trayectoria formativa y laboral; y la poca visibilidad de aquellas mujeres que se desempeñan en estas áreas refuerza los sesgos de género respecto a lo que las mujeres pueden o no hacer, reatroalimentando así un círculo vicioso de las mujeres en CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)", señaló Szenkman.
La investigadora remarcó el impacto de la "femenización de las tareas de cuidado" en esta desigualdad, "sobre todo en los momentos en los que comienza la definición de las especializaciones o no es posible delegar el trabajo de investigación".
Otro dato del relevamiento es que si bien las mujeres recibieron el 60% de las becas financiadas por el Conicet en 2018 (e incluso el 50% en campos de menor representación femenina como las ciencias exactas y naturales), las investigadoras que dirigen proyectos científicos reciben en términos generales un 25% menos recursos que sus colegas varones.
En cuanto a la formación, el documento del Cippec relevó que aunque seis de cada 10 estudiantes universitarias son mujeres, ellas representan el 25% de quienes estudian ingeniería y ciencias aplicadas; y sólo uno de cada 10 estudiantes de Ciencias de la Computación en la Universidad de Buenos Aires son mujeres.