Jack Brian Pintado Sánchez y Jordan Inti Sotelo Camargo eran dos de los cientos de jóvenes que salieron a la calle para protestar contra la asunción de Manuel Merino como presidente de Perú. El exlíder del Congreso, quien había asumido el Ejecutivo nacional el martes pasado luego de la destitución de Martín Vizcarra por el cuestionado cargo de "incapacidad moral permanente", no soportó que las nuevas generaciones demuestren su peso y decidió reprimir salvajemente las protestas. El saldo es conocido: Pintado Sánchez, de 22 años y Sotelo Camargo, de 24, fueron asesinados por la policía durante las masivas marchas nacionales. Acorralado tras la muerte de ambos jóvenes, Merino presentó su renuncia.
El domingo al mediodía, para recordar a las víctimas, los vecinos colocaron arreglos florales en el cruce de la Avenida Abancay con Nicolás de Piérola, uno de los puntos donde se registraron abusos policiales durante los seis días de protesta desde la asunción de Merino. Más temprano, en distintos lugares del país se organizaron cacerolazos y caravanas de autos y bicicletas, sumado a campañas en redes sociales bajo el hashtag #FueraMerino.
Las autopsias realizadas a los cuerpos de los jóvenes estuvieron a cargo de las fiscales Lesly Mireillie Carmona Viena, de la cuarta Fiscalía Provincial Penal de La Victoria, y Juana Meza Peña, de la Fiscalía Provincial Penal de Lima. Según informaron, todas las evidencias se entregaron a los peritos de la Gerencia de Peritajes del Ministerio Público.
En el caso de Brian, la encargada de recibir la triste noticia fue su abuela Moraiba Sandoval, quien se encontraba trabajando al momento de los hechos. La mujer, según contó al canal América Televisión, no sabía que su nieto participaría de la manifestación. "Me dijo, 'mamita voy a salir, pero dame mi propinita', y se fue contento. Yo le digo 'hijo, cuidate mucho'", recordó.
"Él quería ser abogado. Le motivaba porque veía mucha injusticia en el Perú. Él decía que quería estudiar eso para encontrar justicia. Él era ayudante. Yo lo he criado. Su mamá me lo dio a los tres años”, agregó su abuela.
El abogado de la familia Pintado Sánchez, Jimmy Sotomayor, denunció que los proyectiles hallados en el cuerpo del joven de 22 años eran de plomo y no de goma, tal y como lo había mencionado la Policía Nacional del Perú. El letrado calificó el acto como un homicidio. La víctima habría recibido al menos diez impactos durante la segunda marcha nacional contra el fugaz régimen de Manuel Merino.
La familia de Inti Sotelo Camargo, por su parte, criticó la primera versión de la policía peruana. "Dicen supuesto proyectil pero hay una entrada en el pecho", expresó su padre horas antes de la autopsia. En tanto, su hermano Pacha anunció que la familia irá "hasta las últimas consecuencias" para hallar a los responsables. "Me dan vergüenza las autoridades. Supuestamente nos tienen que proteger. La policía no nos cuida. La policía nos reprime y eso tiene una cabeza, el ministro del Interior. Cuando uno se queja o denuncia, te cierran las puertas", aseguró.
Horas más tarde, el abogado de la familia Sotelo Camargo denunció que efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) acudieron a la casa de su defendido, presuntamente para intimidar a su familia. "La policía ha ido a la casa de los señores, no sabemos para qué, y es una cuestión que se está repitiendo en varios casos", indicó el letrado. "Tenemos conocimiento que los policías están yendo a ver a varias otras personas heridas en repetidas ocasiones. Ellos tienen miedo de denunciar lo que ha pasado por supuestas intimidaciones", agregó.
Por las redes sociales circuló un video de varios jóvenes denunciando la brutal represión. "Tocaron a quienes no debieron tocar. Golpearon a quienes no debieron golpear. Se metieron con la generación equivocada, una generación cansada de abuso. Una generación en la que ninguno quería hablar de política. Ante tanto maltrato, hoy nos sumamos a la voz de protesta, muchos marchando en la calle, otros en las redes sociales", expresaron en relación a un movimiento de protesta que en los últimos días copó las calles de Perú.