Murió Nelly Arrieta de Blaquier, una de las mujeres más ricas y una de las mayores coleccionistas de arte de la Argentina. Su nombre está íntimamente ligado a la empresa Ledesma, que durante la dictadura cívico militar facilitó el secuestro, la desaparición y el asesinato de cientos de trabajadores del ingenio en Jujuy, en lo que se llamó la Noche del Apagón.
La expresidenta de la empresa Ledesma, una de las productoras de más importantes de papel y azúcar, falleció ayer a los 89 años. Arrieta de Blaquier era hija de Herminio Arrieta y Paulette Wollman y nieta de Enrique Wollman, fundador de la empresa Ledesma, quien basó el despegue económico del ingenio azucarero en la explotación de mano de obra indígena de las yungas, el chaco, la quebrada y la puna de Argentina y Bolivia. Perteneciente a una de las familias de la aristocracia argentina que fueron cómplices civiles de la dictadura militar, fue promotora del arte y y legó a construir una una de las colecciones de arte más importantes del país.
Desde 1977 hasta 2011 fue la presidenta de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). Fue allí donde en julio de 2000 la agrupación H.I.J.O.S. organizó un escrache en su contra para denunciar la participación de su familia en la Noche del Apagón en Jujuy. Su ilustre apellido quedó entonces estampado con manchas de pintura roja en todo el frente del coqueto edificio sobre la avenida Figueroa Alcorta.
Entre el 20 y el 27 de julio de 1976 la empresa Ledesma organizó cortes de luz para facilitar el ingreso de los militares para secuestrar a cientos de trabajadores. Las fuerzas armadas, en conjunto con la policía y personal del ingenio Ledesma, marcaron los domicilios de las personas que luego fueron secuestradas, llevadas al centro clandestino de detención de Guerrero y desaparecidas. El juicio recayó sobre el esposo de Nally Arrieta, Pedro Blaquier, y 44 años después todavía no hay condenas. Blaquier fue procesado en noviembre de 2012 por privación ilegal de la libertad, el secuestro de 29 trabajadores y referentes sociales entre marzo y julio de 1976.
La mayoría de las reseñas de Nelly Arrieta la recuerdan como una mecenas comprometida con el arte y una mujer poderosa, pero omiten la participación familiar durante la dictadura. "Para la historia va a quedar como la gran mecenas de argentina porque buscó guita de sus pares. Pero fue la dueña de una las empresas más importantes de latinoamérica y que sabía muchas cosas porque formaba parte del directorio", avirtió Ricardo Arédez, hijo de Luis Arédez, médico e intendente de la localidad de General San Martín, desaparecido durante la dictadura, y de la fallecida referente de los derechos humanos, Olga Márquez de Arédez.
Arédez denunció a Nelly Arrieta de Blaquier y a Henry Oscar Peverelli y Federico Nicholson, como integrantes de la dirección de la empresa Ledesma al momento de los apagones que se organizaron en Libertador General San Martin, Calilegua y El Talar durante julio de 1977. Sin embargo, el poder judicial no accedió a qué se amplíe la denuncia por crímenes de lesa humanidad a este sector de la cúpula de la empresa Ledesma.
Mientras ejercía la presidencia de Ledesma, Arrieta de Blaquier fue cultivando su afición al arte y a la colección de objetos. De allí que se la reconozca como una importante mecenas que promovió el arte y llegó a tener una de las colecciones más valiosas de América Latina compuesta por armas antiguas, platería criolla y francesa del siglo XVIII, bronces del Renacimiento y también arte precolombino, además de cuadros de célebres artistas impresionistas como Van Gogh, Gauguin, Monet y Degas.
"A lo largo de una inolvidable gestión, la institución creció de manera sostenida gracias a su acción firme y decidida en favor del sostenimiento y expansión del más importante museo de arte de América del Sur. Su trabajo a favor de las obras de ampliación y remodelación del Museo, en distintas etapas, le reconocieron en más de una oportunidad reconocimiento nacional por las sucesivas donaciones efectuadas", la reocrdó la Asociación Amigos del MNBA. También la recuerda con un importante auditorio que lleva su nombre fue inaugurado este año en la Asociación, con el aporte de casi todas las familias de la aristocracia argentina.
A pesar de que hizo todo lo posible por alejarse de las acusaciones por la participación familiar durante la dictadura, la memoria popular no se lo permitió. Todos los años se realiza en Jujuy la marcha que une a las localidades de Calilegua y Libertador General San Martín, para recordar la Noche del Apagón.