Varios países europeos fueron este fin de semana escenario de manifestaciones contra las restricciones impuestas a causa de la pandemia, unas medidas que pueden alargarse meses, según las autoridades alemanas, mientras el virus seguía propagándose en el planeta.
La pandemia provocó al menos 1.313.471 muertos desde que el virus brotó en China en diciembre de 2019, y más de 54 millones de personas contrajeron la enfermedad.
Europa, con casi 335.000 fallecidos y más de 14,4 millones de casos, es la región donde el virus está avanzando más vertiginosamente. Para frenarlo, las autoridades no cesan de imponer nuevas restricciones y preparan a las poblaciones para una situación que podría ser larga.
En Alemania, donde está en vigor un confinamiento parcial desde hace dos semanas, el ministro de Economía, Peter Altmaier, advirtió el domingo que las restricciones podrían durar al menos cuatro o cinco meses más.
Desde que se cerraron bares, restaurantes, gimnasios y otros centros de ocio a principios de noviembre, el número de nuevas infecciones diarias ha ido bajando, pero sigue siendo alto, con un récord de más de 23.000 nuevos casos registrados el viernes.
"Tendremos que vivir con precauciones considerables y restricciones durante al menos los próximos cuatro o cinco meses", declaró Altmaier.
Pero después de meses de restricciones, sólo interrumpidas durante el verano, el hartazgo de la gente va en aumento y algunos salen a la calle para protestar.
En Alemania, donde hay manifestaciones contra las restricciones desde hace semanas, el sábado centenares de personas volvieron a desfilar en Francfort y otras ciudades. La policía tuvo que utilizar cañones de agua para dispersar a algunos manifestantes.
Y en Portugal, donde ya impera un toque de queda nocturno y a partir de este fin de semana también se instaura un toque de queda de fin de semana para el 70% de la población, medio millar de personas desafiaron las prohibiciones para llevar a cabo una "Marcha por la libertad" en Lisboa.