Si el punk aún resistía su RIP inminente, definitivamente ha quedado patitas para arriba desde los pasados días. Y por John Lydon (aka Johnny Rotten) ni más ni menos, otrora voz cantante de los Sex Pistols: grupo con el que lanzase en 1977 el himno antimonárquico “God Save the Queen”, cuya letra no solo se refería a la reina como “Ella no es un ser vivo, y no hay futuro en el sueño de Inglaterra”, también hablaban de la Corona como un régimen fascista. Generando en sus días tan reaccionarias reacciones que, además de ser prohibida su reproducción en la BBC y la Independent Broadcasting Authority, e impedirse que llegara al puesto número 1 del UK Singles Chart (llegó al puesto segundo), significó para Lydon padecer reiteradas amenazas de muerte por faltar el respeto a la líder espiritual de su nación. Empero, como subraya el sitio Noisey, “los años parecen haber suavizado a Johnny; ahora tiene una visión más mesurada de los amos de Inglaterra, que definitivamente no son hombres lagarto”.
De hecho, como advierte la web citada, el artista ya había dado algunas pistas de haber abandonado la irreverente actitud de antaño al, por caso, protagonizar publicidades de manteca, concursar en el reality I’m a Celebrity… Get Me Out of Here, dar su ok para el lanzamiento de una fragancia de los Pistols definida como “el espíritu del punk en una botella”. Oh, oh, y al declarar en interviú recientes que Trump no es racista, llamándolo “un potencial amigo”. Como sea, el último clavo al ataúd punk lo ha dado los pasados días, al declarar públicamente que extrañará mucho a la reina Isabel II, de 90 años, cuando esté muerta. Ninguna anarquía en UK; al menos, no de quien hoy deja en claro que la reina “sí es un ser humano y la echaré de menos como ser humano del planeta Tierra”. “No es culpa suya que haya nacido en una jaula dorada. Ojalá viva muchos años. Larga vida a la reina”, remató el aburguesado don.