Tras más de dos años de su comienzo y a días del veredicto, el represor Horacio Ferrari quedó fuera del cuarto juicio que se desarrolla por los crímenes que tuvieron lugar en la Escuela de Mecánica de la Armada, en el que fue hasta la semana pasada uno de los nueve acusados. La decisión fue impulsada por la Sala II de la Cámara de Casación Penal en diciembre de 2018 y confirmada de hecho por la Corte Suprema de Justicia de la Nación hace una semana, que casi dos años después se negó a analizar un recurso de queja de la Fiscalía, último intento de que Ferrari recibiera su condena en los próximos días.
La situación es insólita: Ferrari, que durante sus días de secuestro, tortura y muerte en la Esma se hacía llamar “Pantera” o “Diego”, transitó todo el cuarto debate oral y público que se desarrolla por esos hechos como acusado en queja. Poco después del comienzo, en agosto de 2018, su abogado defensor, Guillermo Fanego, recusó a dos de los tres integrantes del Tribunal Oral Federal número 5. El planteo iba dirigido a Adriana Palliotti y Daniel Obligado y tenía que ver con su participación en el juicio por el tercer tramo de la causa. Fanego y Ferrari adujeron que por tal motivo había peligro de parcialidad de los magistrados.
El planteo llegó a la Sala II de la Casación, entonces integrada por Angela Ledesma, Guillermo Yacobucci y Alejandro Slokar, que definió una postura a finales de aquel año: por fallo dividido, la Sala le dio la razón a “Pantera” y apartó a los jueces. Los votos habilitantes surgieron de Ledesma y Yacobucci, quien durante todo este año habilitó todos los beneficios de prisión domiciliaria que represores solicitaron con la excusa de la pandemia de coronavirus, y que también opinó a favor de morigerar pena y condiciones de encierro en cuanta oportunidad se le presentó. En 2008 habilitó la libertad de ocho acusados por el terror en la Esma, en 2016 se declaró a favor del 2 por 1 a genocidas sin motivo, tan solo por dejar en claro su postura. Slokar votó en disidencia total, pero, claro, no alcanzó.
Según el fallo, Palliotti y Obligado quedaban inhabilitados para juzgar a Ferrari, para quien el TOF 5 debía conformar una nueva integración. Sin embargo, y a pesar de que los casadores rechazaron la apelación de las partes acusadoras, la decisión de la Sala no quedó firme. La Fiscalía recurrió en queja a la Corte Suprema de Justicia y la cuestión quedó en la nebulosa de los expedientes que aguardan ser seleccionados para tratamiento de los supremos.
Dos años después
El juicio, mientras tanto, avanzó. Tanto que llegó, incluso con demoras apabullantes, a la instancia de veredicto que se sabe que está al llegar, pero para el que aún no se fijó fecha. Jornadas extracortas y semanales, estrategias dilatorias de los acusados, una pandemia mundial. A pesar de todo eso, Fanego tuvo que alegar para explicarle al Tribunal, que no considera apropiado para juzgar a su defendido, por qué debía exculparlo.
Recién el jueves pasado, a instancias de las últimas palabras de los imputados previas a la lectura del veredicto final, se supo que la decisión de Yacobucci y Ledesma quedaba firme luego de que la Corte Suprema, con las firmas de Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda, desestimara el planteo del Ministerio Público Fiscal en contra de aquella. Así, Palliotti y Obligado quedaron apartados del proceso contra Ferrari, para quien no habrá veredicto. La Fiscalía y las querellas habían solicitado penas de prisión perpetua para él. Ahora, se supone que el TOF 5 deberá conformar nuevos integrantes.
¿Quién es Ferrari?
Ferrari integró los grupos operativos de la ESMA, pero aún no tiene condenas por delitos de lesa humanidad. El que está por terminar fue el primer juicio que debió afrontar y, de no haber habilitado la Casación su planteo, habría culminado en su primera condena. En 1978 fue condecorado por el entonces jefe de la Armada, Emilio Massera, por su participación en el Grupo de Tareas 3.3. Y destacado por su “heroico valor en combate” en el marco del terrorismo de Estado. Logró mantenerse en el anonimato varias décadas, a pesar de que sobrevivientes lo habían identificado en sus declaraciones ante la Conadep.
En el marco del debate oral que, para él, ya no corre, también fue señalado: el nieto restituido José Bustamante García denunció que había sido él quien lo apartó de su mamá, Iris García, secuestrada y desaparecida, y lo entregó a un suboficial que lo apropió. “Fui entregado a la familia de un militar, un suboficial. Según denuncias, Horacio Luis Ferrari sería la persona que hizo mi traslado desde la ESMA a Puerto Belgrano”, declaró Bustamante García, quien conoció su verdadera identidad en 2017.