Las audiencias en el juicio por la obra pública de Santa Cruz se van sucediendo, pasan los testigos convocados por la fiscalía y no suman ni un poroto para la acusación. Ocurrió este martes con un supuesto testigo estrella de la fiscalía, el exjefe de Vialidad puesto por el macrismo en Santa Cruz, el distrito que más le interesaba al anterior gobierno para ir contra Cristina Fernández de Kirchner. El abogado Leandro García contó que asumió en el distrito santacruceño: "No me encontré con ninguna situación que pueda calificar de anómala. No difería de otros distritos”. Relató que canceló los contratos de las empresas de Lázaro Báez porque las obras estaban paralizadas, pero terminó admitiendo que la paralización fue producto de que se interrumpieron los pagos y que no había forma de cumplir con los sueldos de los 1800 trabajadores de Austral Constructores y Kank y Costilla, las dos firmas controladas por Báez. Por lo tanto había una situación explosiva, con cortes de rutas y huelgas. Al final de su testimonio, García involuntariamente desnudó la gestión macrista. Le preguntaron qué rutas se construyeron en Santa Cruz durante el gobierno de Cambiemos. Contestó que una sola, pero no recordó cuál.
Todo indicaba que García iba a ser un testigo fuerte contra los acusados. El imaginario indicaba que daría un panorama demoledor sobre las obras viales de la provincia sureña porque, al ser convocado por la fiscalía, debía sostener que se pagaron obras que no se hicieron, que las rutas que se construyeron tenían deficiencias, que los atrasos fueron descomunales y que se cancelaron los contratos por irregularidades e incumplimientos. Nada de eso. El testigo, pese a que trató de mantenerse políticamente un poco en el medio, fue otra frustración para los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, porque no les aportó elementos a ninguno de esos puntos de la acusación.
García dijo que cuando asumió como jefe de distrito interino, designado por Javier Iguacel, interventor del macrismo en Vialidad, las obras estaban paralizadas. Entonces tuvo que trabajar en la cancelación de los contratos. Pero a lo largo del testimonio quedó en claro lo que pasó. El defensor de Báez, Juan Villanueva, le fue exhibiendo documentos que están en el expediente y que eran comunicaciones que daban cuenta de que el Estado no pagaba a los contratistas “por falta de presupuesto”. Incluso se mostraron cartas en las que el Ministerio de Trabajo de Santa Cruz le advertía a Vialidad Nacional y al gobierno de Mauricio Macri que no se les estaban pagando los sueldos a los trabajadores, que había cortes de ruta y una situación dramática. Es decir, que las obras se suspendieron por falta de pago, por incumplimientos del Estado.
Otra de las acusaciones se desbarrancó con el testimonio de García: "No vi una sola obra en todo el país que no tuviera atrasos. Era lo habitual y más en el sur. Nieva y no se puede usar asfalto, las demoras en la liberación de la traza por expropiaciones difíciles son algunos de los obstáculos que aparecen siempre, en todas las obras, en todo el país"
Más allá de lo señalado por García, es conocido que el gobierno de Macri suspendió todos los pagos y paralizó todas las obras, en primer lugar, para ver si les sacaban los contratos a las empresas que habían ganado las licitaciones y se las pasaban a sus amigos. Pero, además, la estrategia era utilizar la cuestión de la obra pública como punta de lanza jurídica para encarcelar a miembros del gobierno de CFK y a buena parte de los empresarios que habían ganado licitaciones: el ejemplo más claro fue el de Lázaro Báez, pero también terminaron presos Gerardo Ferreyra, Cristóbal López, Fabián de Sousa, entre otros.
Un dato que exhibe el panorama de lo que hizo el gobierno de Cambiemos fue aportado por García sobre el final de su declaración. Contó que durante la gestión del macrismo no se continuaron los trabajos y sólo se hizo una obra en los cuatro años. Cuando le preguntaron de qué obra se trataba, el jefe interino designado por Iguacel y Macri no pudo identificarla. Dijo que no se acordaba.