Está entre los best sellers de Powell’s -popular librería independiente de Portland, Estados Unidos-, acumulándose los pedidos a montones, pero no, no es un libro. Dice invocar, sin embargo, “bibliotecas secretas, pergaminos antiguos, el coñac que bebían los filósofos de antaño”, además de “innumerables vidas de héroes y heroínas”, “un millón de títulos”. Tanta alharaca para describir un perfume, Powell's by Powell's, como ha bautizado la tienda a su flamante iniciativa: una fragancia que replica el reconfortante, inconfundible y un pelín rancio aroma a libro viejo. 

Con sutiles toques de violeta y madera, vale recalcar. Según Emily Powell, dueña de la empresa familiar, el eureka llegó tras preguntar a sus clientes qué extrañaban de los locales durante el momento álgido de la pandemia, en pleno confinamiento. La respuesta general no se hizo esperar: “Ese olor distintivo nomás entrar…”. De allí que, aún cuando la librería ha vuelto a estar operativa, abiertas sus puertas para saciar la necesidad de bibliófilxs por husmear y olfatear entre sus mesas de saldo, decidió la entrepreneuse ponerse manos a la obra (o nariz a la obra, en realidad) y crear la embriagadora fragancia, con ayuda de especialistas. Para que la gente la tenga a tiro ante otra eventual reclusión o para que la utilice cuando dé la gana, cómo no.

“Aplique donde guste cuando necesite auxilio sensorial o una caricia de inmortalidad”, sigue la florida presentación del perfume, que cuesta 25 dólares y es, obviamente, unisex. Treinta mililitros trae el frasquito de edición limitada, que promete –vía sentido del olfato- trasladar “a ese lugar de maravilla y descubrimiento al que solo lleva la literatura”. Se vende en packaging temático: una cajita/libro, de tapas duras, que puede metamorfosearse en cualquier repisa. Y es, según la mentada Emily, un recordatorio de lo que le encanta a los amantes de los libros que suelen visitar las cuatro sedes de su minicadena. Además de ser, por supuesto, una ayudita a sus ingresos “en un momento complicado, en el que el impacto es sostenido para las librerías locales e independientes a causa de titanes del comercio online como Amazon”. 

Por lo demás, ni tan excéntrica su propuesta, visto y considerando que el mercado perfumista lleva años desplegando variedades que brillan por su peculiaridad: desde esencias de hielo ártico, de gin tonic, de “día de playa” o de tinta china, hasta alternativas que emulan el tufillo del queso azul, de la sangre, ¡de una funeraria!