El Juzgado en lo Penal, Contravencional y de Faltas N°17 de la Ciudad de Buenos Aires que había ordenado el desalojo del “Hotelito” del Barrio Mugica --ex villa 31-- para este miércoles 18 de noviembre, decidió suspender la medida y dispuso un plazo de cinco días hábiles para que las instituciones involucradas presenten "alternativas de lugar de alojamiento” para las más de 40 personas, en su mayoría mujeres y niñes, que desde agosto ocupan el edificio. El viernes pasado las mujeres del “Hotelito” se habían manifestado para exigirle al Gobierno de la Ciudad una respuesta. “Estamos contentas con el fallo pero todavía tenemos miedo de no llegar a una solución”, señaló a Página/12 Rosalyn Purizaga, una de las mujeres que viven en el lugar.
El Ministerio Público de la Defensa, que interviene en la causa penal por usurpación contra las vecinas y vecinos que viven en el edificio, había presentado un recurso de apelación en el que afirmaba que el tiempo dispuesto por el Juzgado no resultaba suficiente "para lograr encontrar posibles soluciones habitacionales para las familias involucradas”. Si bien el recurso, presentado por la defensora Marina Kornzaft, no tenía efecto suspensivo sobre la decisión del Juzgado, en el nuevo fallo, con fecha del 13 de noviembre, la jueza actuó en sintonía con lo solicitado por la defensora. “Considero que, dado que no surge, al momento actual, de las presentaciones realizadas, el lugar posible de alojamiento de las personas desalojadas de 'El Hotelito', hacer lugar a la presentación realizada por la Dra. Kornzaft y suspender la medida dispuesta”, apuntó la jueza Carla Cavaliere en el escrito. La Fiscalía, por su parte, mantuvo su postura en cuanto al desalojo y la restitución del edificio al Gobierno de la Ciudad.
“El viernes pasado pedimos una mesa de diálogo con las autoridades responsables pero no nos recibieron. Tenemos derecho a una vivienda digna”, advirtió Purizaga. Si bien el fin de semana las vecinas del Hotelito sintieron “alivio” y festejaron el fallo de la jueza Cavalieri, pronto volvió la tensión por la nueva fecha límite --el 25 de noviembre-- para la resolución del conflicto. “Mientras el Gobierno de la Ciudad vende tierras del barrio a empresas, nosotros seguimos en la misma crisis habitacional”, reflexionó la mujer, que vive en el edificio junto a sus seis hijos. Si bien en algunos casos la Secretaría de Integración Social y Urbana de la Ciudad ofreció otorgar un subsidio habitacional, para Purizaga aún no hay una propuesta concreta. “La solución es la vivienda. Pedimos que nos den una casa y poder pagarla, o quedarnos en el Hotelito y pagar los impuestos y servicios”, afirmó Purizaga.
En el escrito, la jueza fue clara en que las familias no pueden quedar en situación de calle como consecuencia del desalojo y llamó a la Secretaría a relevar “viviendas posibles de ser alquiladas por algunas de las familias involucradas, que puedan ser habitadas con menores de edad” y que actúe de intermediaria “con los propietarios, para colaborar con la entrada de las familias”. Desde la Defensoría informaron que aún “no consiguieron lugares para alquilar, al precio del subsidio” y que “continúan en la búsqueda de viviendas”. El subsidio habitacional, dispuesto por el artículo 11 del Decreto 690/06, es una de las soluciones que propone el Gobierno de la Ciudad. Sin embargo, las mujeres del Hotelito aseguran que el dinero otorgado “no alcanza para pagar un alquiler”.
Alejandro Amor, defensor del pueblo de la Ciudad, quien se comprometió para trabajar en una solución pacífica en beneficio de las familias del Hotelito, señaló que “no existe ninguna razón para hacer un desalojo por la fuerza”. Según Amor, este año hubo más de 1000 desalojos a familias en los barrios vulnerables de la Ciudad. “Si no se logra un acuerdo no es porque no haya posibilidades”, señaló el letrado, que aseguró que se reunirá con las autoridades de la Ciudad para llegar a un acuerdo antes del miércoles próximo. “Es verdad que el subsidio no alcanza. Además, hay que encontrar soluciones que no involucren el hacinamiento”, sostuvo Amor y remarcó: “Espero que todas las instituciones involucradas podamos actuar con un poco de flexibilidad y sentido común”.
Las (no) propuestas
A Michelle, Antonella y Gianella, quienes viven junto a sus hijes en el Hotelito, la Secretaría les propuso integrarlas al programa “Manos a la Obra”, para mejorar las viviendas donde residían antes de llegar al predio, pero estas viviendas no les pertenecen. “Yo me fui a los 15 años de la casa de mi mamá. Ahí vive otra gente, y además al ser en un piso alto es un peligro para mis hijos”, señaló a este diario Antonella Ibarrola, que tiene 23 años y alquilaba una habitación en el sector del barrio conocido como Bajo Autopista, donde se mudó junto a sus hijos, de 4 y 6 años, tras denunciar a su ex pareja y padre de los chicos por violencia de género. Un día el dueño de la vivienda le dijo que tenía que irse: “El señor que me estaba alquilando se tuvo que ir a su nueva casa, porque fue censado en el plan de reurbanización, y yo me quedaba en la calle, entonces llegué acá”, relató la mujer, desde el patio del Hotelito.
Ibarrola trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad pero, según afirmó, con el sueldo no le alcanza para costear un alquiler. “Con esa plata compro todo lo que necesitan mis hijos, porque el padre no aporta ni un peso, y no me alcanza para nada más”, afirmó y remarcó: “Solo pedimos una vivienda digna para todas”. En total, son 16 mujeres, un hombre y 27 chicos y chicas los que conviven, desde el 11 de agosto, en el edificio ubicado en la manzana 7 del Barrio Mugica, frente a la autopista.
Según la Secretaría de Integración Social y Urbana, a cargo de Diego Fernández, se está trabajando para resolver cada situación. Tras la consulta de este diario, fuentes del organismo informaron que, como respuesta a la demanda habitacional se realizaron "ofrecimientos y alternativas de programas sociales, de mejoramiento de vivienda, y empadronamientos en el marco de la Ley 6129", que es la manera en que los vecinos pueden acceder a los departamentos que forman parte del plan de urbanización del Barrio Mugica. Sin embargo, el acceso a la vivienda no siempre se concreta: Michelle, que llegó al Hotelito junto a su hija de un mes, su hermana y su madre, relató que había sido censada pero, cuando se le iba a entregar la llave de su nuevo hogar, en octubre del año pasado, “la mudanza fue suspendida, y nunca más lo pude resolver”.