Se trata, sin duda, de un impuesto sexista que agrega un costo extra en la condición biológica de menstruar. La cifra es parte de la campaña “No Más Impuestos Sexistas en América Latina y el Caribe”, y del estudio "Impuestos sexistas en América Latina (AL)", que lanzaron este miércoles FESminismos (Fundación Friedrich Ebert) junto con organizaciones de la región. Los países evaluados son Colombia, Chile, República Dominicana, Bolivia, Perú, México, Argentina, Ecuador, Uruguay y Venezuela. En nueve de estos diez, las toallas higiénicas y los tampones sufren la tarifa plena del IVA, de entre el 12 % y el 22 %, como si fueran productos de lujo. En el conversatorio con activistas de cinco países de AL y el Caribe se planteó la prevalencia de estructuras sociales y modelos económicos que limitan el pleno goce de los derechos de mujeres, lesbianas, trans y personas menstruantes, y el avance hacia la igualdad de género. “Todos los indicadores económicos evidencian la desigualdad existente en contra de las mujeres en la región”, remarcaron. 

Gravar los productos de atención a la menstruación, toallas higiénicas, tampones, copas, significa que el hecho generador del impuesto es entonces la condición biológica de menstruar. “Justificar un impuesto a partir de una diferencia biológica es un acto de violencia económica y se traduce en un costo adicional por ser mujer.” ¿Sabías que parte de la financiación de los gobiernos de América Latina proviene de impuestos sexistas? es la pregunta que quedó picando para seguir la trama. "En América Latina la política tributaria se sigue apoyando en impuestos sexistas -concluyeron-, ignorando la desigualdad económica hacia las mujeres y reproduciendo elementos discriminadores en la tributación a partir de diferencias biológicas."