El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, anunció la inauguración de un laboratorio de investigación y desarrollo de aceite de cannabis, que estará a cargo de la empresa estatal Cannava, que preside su hijo, Gastón Morales. Asociada con Green Leaf Farms, compañía estadounidense que se dedica a la industria del cannabis, Cannava S.E. lleva adelante el ciento por ciento del proyecto productivo de aceite de cannabis en la provincia. “Nunca nos invitaron a participar”, advirtió Isamel Mamaní, integrante de la agrupación Cannabis Alternativo Medicinal. Según Mamaní “en Jujuy es imposible conseguir el aceite”.
El “laboratorio piloto” que las autoridades de la provincia y de la empresa inaugurarán la semana próxima estará encargado del proceso de extracción del material vegetal, de separación de cannabinoides y de la producción del ingrediente farmacéutico activo para el aceite medicinal. Según Morales “ya se está produciendo” el producto en el laboratorio, aunque la distribución demorará al menos seis meses, porque requiere de la aprobación de la Agencia Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología médica (ANMAT). En el anuncio, Morales no dejó de remarcar que inaugurarán también “las plantaciones”, que entre exteriores e invernaderos suman media hectárea, aunque la empresa tiene habilitadas 35 en total para cultivar, y prevé la habilitación de otras 600 hectáreas.
En febrero del 2019 Cannava SE, creada en noviembre del 2018, recibió la habilitación del Ministerio nacional de Seguridad para instalarse en la finca El Pongo, en la localidad de Perico, al sur de Jujuy. Según relató Mamaní, la finca, que tiene una extensión de cerca de 11 mil hectáreas, “era una donación para que los productores de la zona cultiven verduras y para construir un hospital”. Sin embargo, cuando comenzó la producción de cannabis, la empresa “contrató gente de afuera, de Estados Unidos, para que trabajara la tierra”, señaló el jujeño y advirtió que “es algo ilógico sabiendo que hay cultivadores de alto nivel en el país”.
Valeria Salech, presidenta de la ONG Mamá Cultiva, coincidió con el activista de Jujuy: “En Jujuy hay mucha gente con cultura agrícola y con capacidad para producir. El proyecto tiene una mirada colonizadora”. Salech comparó la empresa jujeña con el modelo de negocios que funciona en Colombia: “Explotan el suelo y exportan la cosecha, porque en otros lugares, como en Canadá, es carísimo producir; no vemos que haya una intención de soberanía”, explicó. En febrero de este año David Usher, embajador canadiense, visitó la finca donde Cannava tiene su producción.
“Tenemos que pensar en un modelo que evite los monopolios productivos, que no quede en manos de unos pocos”, advirtió Salech y agregó: “Quienes pusimos el cuerpo durante todos estos años, afrontando conflictos legales incluso, para dar respuestas a las demandas de la sociedad, fuimos nosotros, las organizaciones; ahora queremos un modelo justo y una regulación integral”. En Jujuy, el mismo año en que se creaba la empresa Cannava, dos hombres, Rodolfo López y Esteban Gago, enfrentaron un proceso judicial por cultivar cannabis en un invernadero de propiedad privada, para la producción de aceite medicinal. "Ojalá pronto seamos muchas las personas que podamos cultivar en Argentina", señaló Salech y recordó que, "distintas provincias y municipios solicitaron y lucharon por conseguir el permiso para producir el aceite y no lo consiguieron".
Una provincia con plantación, pero sin aceite
“En Jujuy es imposible conseguir el aceite”, advirtió Mamaní. Su hija, Abigail, tiene epilepsia refractaria y recibe el aceite de cannabis importado desde Estados Unidos. Después de una larga lucha, consiguieron que la obra social de Ismael le cubriera la totalidad de los gastos. “Hasta ahora, para acceder al aceite la forma es conseguir un cultivador solidario que te lo done, o importarlo desde el exterior”, relató Mamani y aclaró que “hay muchas familias que lo necesitan”.