Aunque la Argentina llegó a esta edición pandémica de los Grammy Latinos con una delegación sustanciosa, amplia y variopinta, a diferencia de años anteriores, esta vez tampoco logró vencer el yugo de los artistas caribeños, mexicanos e hispanos nacidos en los Estados Unidos. Fito Páez, un habitué del galardón entregado por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación (incluso desde su creación en 2000), consiguió alzarse con gramófonos en dos categorías: “Mejor álbum de pop/rock”, de la mano de La conquista del espacio, y “Mejor canción de pop/rock”, gracias a “La canción de las bestias”. El argentino Emilio Solla, en tanto, se quedó con el Grammy Latino al Mejor Álbum de Jazz Latino/Jazz con su disco Puertos: Music From International Waters, grabado junto a la Emilio Solla Tango Jazz Orchestra. Gustavo Casenave Quartet se llevó el premio al "Mejor álbum de tango" por Fuelle y cuerda, en una categoría en la que todos los nominados eran argentinos.
Durante su performance en la gala, grabada previamente en el auditorio La Cúpula del CCK con un despliegue a la altura de un acontecimiento de semejante envergadura, Páez no eligió el tema que resultó premiado sino el que le da título a su último álbum de estudio. Pero no estuvo sólo. Nathy Peluso, a continuación, tomó prestado al rosarino y su piano, al igual que su grupo, para interpretar “Buenos Aires”, single incluido de su disco debut, Calambre (2020).
La artista de música urbana nacida en Luján, quien supo hacerse un nombre tan fresco como potente desde de la incipiente movida rapera y trapera española, estuvo postulada en la categoría con mayor participación argentina: “Mejor nuevo artista”, al lado de Conociendo Rusia, Cazzu, Nicki Nicole y Wos. Justamente el freestyler y rapero fue la sorpresa de la noche del jueves, a pesar de que no se llevó ningún premio ni actuó. Y es que arrasó en el voto del público. Los conductores de la velada, Yalitza Aparición, Víctor Manuelle y Ana Brenda Correras, antes de ir o de volver de la tanda publicitaria, invitaban a la audiencia a usar las redes sociales para votar por su artista favorito. El autor de Caravana (2019) rankeó siempre arriba y al final se llevó por delante a Ricky Martin, ganador del “Mejor álbum vocal pop contemporáneo”, al cantante colombiano Camilo, que obtuvo la estatuilla por la “Mejor canción pop”, y el reggaetonero Bad Bunny. El portorriqueño, por otra parte, estaba llamado a hacer historia en los Latin Grammy 2020 a razón de sus ocho nominaciones, pero sólo le dieron la de la “Mejor interpretación de reggaetón”.
La vigésima primera edición del Latin Grammy fue estrenada por una troupe de artistas, comandada por Ricardo Montaner, quienes se unieron para homenajear al salsero boricua Héctor Lavoe, del que tomaron prestado su canción autorreferencial: “El cantante”. Eso dio pie a la introducción de la terna de conductores. De la misma forma que otras entregas de premios llevadas a cabo este año, la fiesta de la música latina tuvo que adaptarse a la pandemia, aunque en esta ocasión, quizá a partir del legado de sus predecesores, gozó de algunas licencias. La ceremonia contó con varias performances consumadas en el Arena de Miami, mientras que un número similar de actuaciones fueron realizadas previamente en diferentes ciudades de América y hasta en la capital española (como la de José Luis Perales, que interpretó su éxito “Y cómo es él”). La mayoría de los nominados esperaban el veredicto desde sus casas, computadora mediante, pero algunos asistieron al teatro, cumpliendo con el distanciamiento y haciendo uso (de la manera que podían) del barbijo.
De eso dejó constancia J Balvin, primer ganador de la noche, quien esperaba el resultado sentado en el escenario, junto a otros artistas. El reggaetonero colombiano se llevó a casa el gramófono a el “Mejor álbum de música urbana”, por su disco Colores, que al final de cuentas terminó siendo el único de la noche. Eso generó desconcierto debido a que era el más nominado, con 13, lo que devino incluso en un récord Guinnes. Quien acabó por convertirse en la máxima ganadora de los Latin Grammy 2020 fue Rosalía. La cantante española se alzó en las categorías “Mejor fusión/interpretación urbana”, “Mejor canción urbana” y “Mejor video musical versión corta”. Rubros que, por cierto, no fueron presentados en la transmisión. Horas antes, al enterarse, ella misma se había encargado de difundirlo en Instagram. Sin duda alguna, la música urbana fue el género que acaparó esta edición no sólo en las performances, sino también en artistas nominados. Por eso no fue ninguna sorpresa que Residente (ex Calle 13) triunfara en “Mejor canción de rap/hip hop”, con “Antes que el mundo se acabe”, y “Canción del año”, con “René”.
Carlos Vives se llevó dos gramófonos por “Mejor álbum contemporáneo / fusión tropical” y “Mejor vídeo musical versión larga”, al igual que Natalia Lafourcade, gracias a su disco Un canto para México, Vol 1, por el que obtuvo “Mejor canción regional mexicana” y el batacazo de esta edición: “Álbum del año”. Por su parte, Alejandro Sanz se alzó con la otra estatuilla representativa de los 30 que se reparten: “Grabación del año”, por cortesía de “Contigo”, partícipe del tributo a Joaquín Sabina: Ni tan joven ni tan viejo. La mexicana y el español no fueron de la partida, ni siquiera virtualmente.
La mayoría de las dedicatorias se ajustaron a las diferentes problemáticas latinoamericanas, al igual que a la covid-19, lo que quedó en evidencia en las performances de J Balvin y el rapero Pitbull. Así que no fue fortuito que el eslogan de este año fuera “La música nos humaniza”. Por supuesto, y pese a la coyuntura, no faltaron los tributos: Juanes homenajeó a Roberto Carlos, Natalia Jiménez a Julio Iglesias, y Prince Royce y Leslie Grace hicieron lo mismo con Juan Luis Guerra.