Todos los sectores que integran la derecha brasileña, de los mas extremistas a los mas moderados, se conformaban con seguir subordinándose a la dirección de Jair Bolsonaro y contaban con él como su candidato en 2022, para intentar nuevamente, de una forma u otra, derrotar al PT. El aumento en el nivel de apoyo a Bolsonaro después de la ayuda de emergencia, confirmó a varios sectores que querían tener un candidato alternativo que sería imposible disputar con el.
Pero de repente, el gobierno ha vuelto a entrar en la crisis por la acumulacion de una serie de hechos que afectaron directamente a Bolsonaro, desequilibrándolo. Antes de las elecciones en Estados Unidos ya se había difundido una serie de denuncias sobre su hijo Flávio, quien parece estar en una situacion cada vez mas critica.
Enseguida vinieron las elecciones en EE.UU., que han tomado desprevenido a Bolsonaro, que creía ingenuamente en las bravuconerías de Donald Trump de que sería reelegido fácilmente. En público, Bolsonaro no quiere reconocer la victoria de Biden, pero va asimilando la nueva situación. Una derrota con consecuencias a varios niveles para él. Antes que nada, el aislamiento internacional de la poltiica de su gobierno sin el gobierno de Trump.
En segundo lugar, la elección significa el fracaso del estilo político de Bolsonaro, cuando Trump se suma a la lista restringida de presidentes estadounidenses que no pudieron ser reelegidos. Esa derrota golpea a Bolsonaro en el momento en que somete todo claramente a su proyecto de reelección.
En tercer lugar, en la forma de la derrota de Trump, con la oposición haciendo de la campaña electoral un referéndum sobre Trump, que reúne a todos los sectores que lo rechazan, de los moderados dirigentes del Partido Republicano a los más radicales como el ala de izquierda del Partido Demócrata. Situación que también vive Bolsonaro, cuando sus palabras son confrontadas con la desastrosa realidad de su gobierno, tactica que puede ser seguida por la oposición brasileña.
En cuarto lugar, la presion que el nuevo gobierno estadounidense hará sobre el brasileño, ante todo sobre los temas de protección de la Amazonia, junto con cuestiones de derechos humanos y política internacional. No será fácil la vida del gobierno a partir del día siguiente al nuevo gobierno estadounidense, el 20 de enero de 2021.
Las elecciones municipales han traido malos resultados para Bolsonaro. Al inicio él dijo que no participaría en las campañas, pero terminó participando de la manera más desastrosa. El se ha vuelto en mas grande el perdedor, con un fortalecimiento de todos los sectores de la oposición, tanto los de derecha como los de izquierda.
Los distintos sectores de derecha se alejan de Bolsonaro. El PSDB reafirma que su candidato será João Doria, governador de São Paulo. El DEM, que se refuerza em las elecciones, comienza a prepararse para la candidatura de Luciano Huck, pop star de la televisión. El PSD, que es el partido que más candidatos eligió en las elecciones, dice que tendrá un candidato propio. Se debilita asi el bloque político de apoyo a Bolsonaro, quien cada vez depende más del Centrao, un aliado incierto em la medida que se acercan las nuevas elecciones presidenciales.
Paradójicamente, cuando hay un espíritu de unidad en la izquierda, es la derecha quien sufre más sus divisiones, entrando abiertamente en crisis. Bolsonaro depende mas que antes de la situacion económica, que se encuentra en pésimas condiciones. El 2022 se presenta entonces, cada vez más, como aún más favorable a la izquierda. Si es que la gran crisis que se avecina no plantea plazos mas cortos para el gobierno actual